La cúpula de la cárcel de Carabanchel comenzó a ser demolida alrededor 20.45 horas del viernes, un lugar donde vecinos querian construir un centro para la memoria histórica, informaron a Europa Pres fuentes ciudadanas.
Los trabajos de demolición comenzaron en la madrugada del pasado lunes cuando se personaron en los terrenos de la cárcel hasta tres máquinas para derribar los muros del antiguo penal. Con el derribo, los vecinos se quedan sin esperanzas de contar con un centro por la Memoria de los represaliados por el Franquismo.
La Plataforma por un Centro por la Paz y la Memoria en la cárcel de Carabanchel acampó ayer por la tarde en el parque que se encuentra junto al antiguo penal para impedir la demolición de la cúpula, donde exigen que se levante este centro. Su intención es continuar en ese lugar hasta el domingo, manteniendo sus reivindicaciones.
Precisamente el jueves, alrededor de las 13.00 horas, comenzaron los derribos de la cárcel, como confirmaron fuentes vecinales a Europa Press. Por otro lado, la Plataforma informó el jueves al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón sobre el inicio de las obras de derribo, después de que las primeras máquinas llegaran el martes. Garzón incluyó una solicitud de información sobre el derribo de la cárcel en su auto del pasado 16 de octubre sobre las diligencias previas del procedimiento por el que investiga los crímenes de la dictadura.
“A juzgar por el ritmo de las obras, parece que Instituciones Penitenciarias tiene la intención de enterrar lo antes posible la historia del sufrimiento que representó la dictadura y quiere hacer callar las múltiples voces que se han levantado contra esta barbaridad histórica”, denunció hoy la plataforma.
Este colectivo pretendía mantener la cúpula y otros elementos de la estructura central de la cárcel que permitieran la construcción de un centro para la paz y la memoria con el que recordar la represión que sufrieron los represaliados por dictadura franquista para que “la historia no vuelva a repetirse”.
Creen que ese centro no puede ser sustituido por una placa, un monumento o una mención en las calles de la nueva urbanización, como pretende el Ministerio del Interior. La Plataforma también se opone a que se especule con el terreno a través de la construcción de 650 pisos pidiendo que todos los terrenos se dediquen a equipamientos sociales, especialmente un hospital público. “Estas actuaciones son totalmente compatibles con el mantenimiento de la cúpula y el espacio para la memoria”, aseguraron.