Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización, de origen nigeriano, dedicada a la trata de mujeres con fines de explotación sexual y que estaba asentada en La Rioja.
Tal y como ha informado la Policía Nacional, la organización, asentada en Alicante y La Rioja, “destacaba por su gran movilidad a nivel nacional y las altas medidas de seguridad empleadas para evadir la acción de la policía”.
Fruto de la operación cinco personas han resultado detenidas, tres de ellas en las localidades alicantinas de Benidorm y Pedreguer y otras dos en Logroño (La Rioja), y una víctima ha sido liberada.
Los agentes han llevado a cabo dos registros domiciliarios en Logroño en los que han intervenido numeroso material como agendas de contabilidad, documentaciones personales y anotaciones manuscritas cuyo contenido está siendo analizado.
La principal ruta migratoria utilizada por los miembros era la que tiene Libia como paso anterior a Europa, “ruta más barata para las organizaciones criminales y, a la vez, mucho más peligrosa para las víctimas”.
La organización desarticulada estaba liderada por una mujer de origen nigeriano que se dedicaba a la explotación de mujeres de su misma nacionalidad.
Entre las medidas de seguridad que llevaba a cabo destaca que obligaba a sus víctimas a vivir en el mismo piso en el que ejercían la prostitución, evitando así una hipotética integración de las mismas en España.
Además, las cambiaba de vivienda continuamente para evitar su vinculación con el mundo de la prostitución, observándose una gran movilidad a nivel nacional por parte de los integrantes de la organización.
Respecto al modus operandi empleado, captaban a mujeres muy jóvenes y vulnerables por el estado de necesidad que padecían en su país de origen.
Les ofrecían falsas ofertas de trabajos bien remunerados en Europa y, una vez convencidas, se les sometía a rituales de vudú en presencia de un familiar directo con los que se juraba un contrato de fidelidad con la red.
En el caso de no cumplir este contrato, padecerían todo tipo de males e incluso eran amenazadas con la muerte. La víctima debía ejercer la prostitución para saldar una deuda de 45.000 euros.
La víctima ahora liberada entró clandestinamente a Europa por la ruta de Libia. Tras llegar a Italia la joven fue trasladada de manera inmediata a nuestro país y una vez en España fue informada del verdadero motivo de su viaje, debía ejercer la prostitución para saldar una deuda que ascendía a los 45.000 euros aproximadamente.
Para ello, estaba obligada a ejercer la prostitución todos los días de la semana durante largas jornadas, sin posibilidad de elegir a los clientes, así como entregar a sus tratantes, de forma semanal, todo el dinero ganado. Con el objetivo de obtener el máximo beneficio la víctima fue trasladada a Benidorm y a otras localidades costeras de gran afluencia turística.
La red estaba asentada principalmente en Benidorm y Logroño, donde obtenía suficientes beneficios como para que todos sus miembros pudieran vivir exclusivamente de la prostitución de sus víctimas. Gozaban de un alto nivel de vida y mandaban elevadas cantidades de dinero a Nigeria de manera rápida para evitar ser descubiertos ante una posible investigación policial.