La dirección del Hospital de Vall d'Hebron de Barcelona descartó hoy que haya nuevos casos de infección de hepatitis C, después de que tres niños de entre 3 y 12 años se contagiaron este año en el área de hemodiálisis. El centro ha abierto una investigación, pero todavía desconoce las causas de la infección.
El hospital ha citado a otros 18 menores con problemas de riñón que recibieron diálisis en el mismo periodo y que pudieron haberse contagiado. De los 18 niños, 14 están libres de virus, mientras que las otras cuatro familias aún no han acudido al centro.
La dirección del hospital investiga la cadena de contagios desde hace semanas y ha descartado que se trate de una negligencia del personal sanitario. Atribuyó el episodio a un hecho accidental debido a la potente ubicuidad del virus de la hepatitis C en las unidades de diálisis.
La responsable de Medicina Preventiva de Vall d'Hebron, Magda Campins, explicó en rueda de prensa que hay factores de riesgo difíciles de comprobar porque “hay muchas superficies que pueden recibir una salpicadura de sangre”.
Campins resaltó que, “de forma involuntaria, el personal sanitario puede provocar con las manos una transmisión cruzada de este virus de un lugar a otro”. Indicó que han realizado “una revisión exhaustiva de todos los procedimientos”, sin lograr encontrar “una causa-efecto determinada”.
El centro descarta que la vía de infección sea el instrumental médico, pero todavía no ha confirmado las causas exactas. La dirección del hospital asegura que ha repasado todos los protocolos y que afirma que la maquinaria no tiene nada que ver con el contagio, por lo que podría tratarse de un error humano fortuito.
El foco inicial del contagio, detectado en marzo en un niño de 3 años, se atribuye al instrumental de diálisis renal con que se estaba atendiendo a otro chico de 15 años, del que los médicos ya conocían su infección de hepatitis C.
Este virus tiene un periodo de latencia de hasta seis meses y, por ello, están citando a los niños dializados en el último año. La hepatitis C puede permanecer en la sangre de los afectados sin causar síntomas hasta que alcanzan la adolescencia.
Estos niños deberán recibir controles periódicos de su función hepática e iniciar un tratamiento con interferón una vez ésta se desequilibre.
Desde la Coordinadora de Usuarios de Sanidad, su directora Carme Sabater consideró que “la responsabilidad va más allá del propio personal que está actuando” y resaltó que la Conselleria de Sanidad es corresponsable del contagio.
Sabater subrayó que la infección “se da en un hospital de referencia” en Catalunya y dijo que “no se pueden dar casos como éstos”.