La ingesta de gluten produce una atrofia de las vellosidades del intestino que conlleva una mala absorción de los nutrientes (proteína, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas).
El único tratamiento es llevar una alimentación exenta de gluten durante toda la vida, de esta manera se consigue la normalización clínica y funcional de la enfermedad. El seguimiento de una dieta sin gluten supone en el año 2009 un sobrecoste de 1.434,24 euros en la cesta de la compra.
Las distintas asociaciones celíacas de España siguen reclamando un mayor control en el etiquetado de todos los productos para celíacos y la inclusión de productos específicos sin gluten en las prestaciones sanitarias españolas, tal y como ocurre en otros países de la Unión Europea.
Además, solicitan campañas de información a la población general sobre la enfermedad celiaca, asi como el fomento de la investigación analítica y clínica y la obligatoriedad de incluir menús aptos para celíacos al menos en comedores y cafeterías de los organismos públicos, centros escolares, universidades y hospitales.