El segundo partido de la jornada ponía en liza a los dos finalistas del año pasado, dos jugadores acostumbrados a llegar frescos al final de la temporada. El choque no defraudó y, aunque ofreció más resistencia que en la contundente derrota de la última final (6-1, 7-5), Davydenko volvió a rendirse ante el poderío de Djokovic, aunque tardó casi tres horas en claudicar.
Con todo, Davydenko empezó mejor el encuentro y aprovechó la falta de intensidad de su rival para cobrar ventaja. Tras el 2-2 inicial, el ruso logró el primer 'break' del choque combinando con maestría juego de fondo y de red. El serbio pudo devolverle la rotura en el siguiente juego, pero desaprovechó sus dos opciones y acto seguido volvió a perder su servicio y el set.
El segundo parcial activó definitivamente a Djokovic y elevó el partido a un gran nivel porque Davydenko seguía entonado. El punto de inflexión del choque llegó cuando el serbio desperdició otra dos bolas de 'break' con 2-2. 'Nole' tiró la raqueta al suelo, recibió silbidos del público londinense y se alimentó de la rabia para encontrar su mejor versión. Logró su primer 'break' (5-4) tras hora y media de juego y se apuntó la manga.
Davydenko acusó el golpe, dando paso a un momentáneo bajón que su rival no desaprovechó (2-0). Animado por su familia y entrenador, todos vestidos de rojo igual que él, y observado desde la grada por el gran ausente del torneo, Andy Roddick, Djokovic se lanzó a por la victoria.
Tras superar doce minutos de agonía en el vigésimo quinto juego, 'Nole' se disponía a cerrar al choque con 5-4 y saque, pero Davydenko se revolvió por última vez y empató la contienda (5-5). Djokovic, otra vez, se agrandó con el bache: conquistó un 'break' en blanco y entonces sí cerró con su servicio.