Doña Jacinta, la logroñesa con más peso en la historia de España

Jacinta Martínez de Sicilia y Santa Cruz nació en el seno de dos de las familias más adineradas del Logroño de principios del siglo XIX. La muerte prematura de sus progenitores hizo que se quedara a cargo de su abuela materna, Guadalupe Ruiz de la Cámara, y de su tía Josefa Martínez de Sicilia, que fueron quienes se ocuparon de su educación. Su infancia y adolescencia transcurrió por las calles del Casco Antiguo logroñés; su hogar estaba en una casa de la Rúavieja, conocida actualmente por todos como “La Reja Dorada”.

En septiembre de 1827, Doña Jacinta contrajo matrimonio con el entonces brigadier del Ejército Baldomero Espartero, 18 años mayor que ella, en La Redonda. Tras una larga luna de miel de cuatro meses en París, fijaron su residencia de nuevo en Logroño, en la casa-palacio que hoy alberga el Museo de La Rioja.

El ascenso político de Espartero fue meteórico, llegó a presidir el Consejo de ministros de España. Aunque Doña Jacinta nunca ocupó ningún cargo y la historia siempre la ha ubicado a la sombra de su marido, lo cierto es que su influencia fue fundamental, como demuestran las cartas que Espartero le enviaba durante la Primera Guerra Carlista, en las que le informado de todos los detalles bélicos y le pedía consejos.

Fue en esa época en la que Jacinta Martínez de Sicilia obtuvo el título de Duquesa de la Victoria cuando el General fue nombrado Duque tras las negociaciones con el General carlista Maroto que llevaron a la firma del Convenio de Vergara que puso fin a la guerra en agosto de 1939. También en dichas negociaciones fueron continuas las consultas de Espartero a Doña Jacinta.

Se trata de un personaje histórico tan popular que incluso cuenta con un perfil de Facebook propio

Aquellas cartas llevaban siempre el encabezado “Mi querida chiquita”. Todavía hoy en día, la palabra “chiquita”, acentuada con fonética de diéresis en la letra “u” (“chiqüita”), se sigue usando en el vocabulario riojano para referirse a las chicas y los chicos jóvenes (chiguitas y chiguitos).

Su papel fue clave también en la corte de la reina Isabel II, fundamental en la caída de la Regencia de María Cristina y en el establecimiento de la Regencia de Espartero entre los años 1841 y 1843. Fue en ese periodo en el que se trasladó a la corte. En 1843, tras el pronunciamiento militar liderado por los generales moderados Narváez y Serrano, se vio obligada a exiliarse a Londres con su marido. No regresaron a España hasta cinco años después.

El poder de decisión de doña Jacinta volvió a ser fundamental para frenar la intentona carlista de San Carlos de la Rápita en 1860, lideró una misión secreta, sin levantar las sospechas de los carlistas, para informar al presidente O'Donell de las maniobras que tramaba el general Jaime Ortega de levantarse en armas contra la reina Isabel II.

En sus últimos años, Jacinta Martínez de Sicilia y Baldomero Espartero, ya retirados en Logroño, llegaron a rechazar la corona de España. La duquesa de la Victoria falleció en Logroño el 3 de junio de 1878 por una congestión cerebral apopléjica y fue enterrada en el cementerio de Logroño. Diez años más tarde, sus restos fueron trasladados a un mausoleo en el interior de concatedral de La Redonda, donde todavía descansan.

*Espacio ofrecido por el Ayuntamiento de Logroño. Concejalía de Igualdad.