Agentes de Policía Nacional pertenecientes a Jefatura Superior de Policía de La Rioja, han detenido a dos personas miembros de una Organización Criminal más amplia que tenía como objetivo las estafas masivas en toda España.
La Policía Nacional en La Rioja, al igual que otras Plantillas policiales, ha detectado el incremento de denuncias en relación a un nuevo “modus operandi” en las estafas, que ha venido para hacer la competencia entre otros timos, como el de la “ estampita” o el del “tocomocho”, que aun siguen funcionando en muchos lugares de España. Este nuevo modus consiste en estafar a comerciantes mediante un meticuloso plan de acción que consiste en lo siguiente:
En un primer momento los delincuentes, obtienen datos de comercios que tratan con productos perecederos (restaurantes, carnicerías, pescaderías, etc.), y averiguan la empresa con la que tienen contratados los servicios de luz y gas. Los investigadores han logrado determinar que en algunos casos, estos datos los obtienen de manera telemática y otras, a la “antigua usanza”, en la Comunidad Autónoma o ciudad donde ser van a realizar su “prospero negocio de engaño”, ya que haciéndose pasar por comerciales de empresas de suministro energético, logran sacar esa información a los propietarios o empleados de los negocios.
Una vez obtenida esta información, los regentes de los establecimientos reciben una llamada, presuntamente de la compañía energética con la que tiene contratado el servicio de suministro, en la cual le alertan de que si no abona una cantidad determinada y en muchos casos “bastante importante”, que correspondería a recibos impagados por un problema informático de su entidad financiera, deberán de proceder a cortarle el suministro de luz.
Asimismo y como condición sine qua non , para que la estafa surta efecto, los delincuentes dan un plazo muy breve de tiempo para abonar “la deuda”, con lo que buscan que la víctima actúe movida por el nerviosismo y la premura, y pague rápidamente sin que llegue hacer comprobación alguna sobre veracidad de esa “extraña” llamada. Es precisamente por esto por lo que buscan comercios de alimentos perecederos, ya que en ese tipo de negocios el perjuicio económico que les causaría un corte de energía, sería enorme, dado que se echaría a perder gran cantidad de género si dejan de funcionar las neveras y arcones frigoríficos, situación esta que angustia a los defraudados.
Se da la circunstancia de que en ocasiones, los importes citados correspondían con una deuda real o de recibos anteriores, información esta que los delincuentes han logrado “saber”, lo que da aún más credibilidad si cabe al engaño.
Para que los hechos se perfeccionaran, el grupo criminal cuenta de forma general y en el caso de los hechos ocurridos en La Rioja ha contado con personas “autóctonas” de la zona donde se iban a producir las estafas, para que estos le facilitasen la información necesaria para realizar las estafas, como números de teléfonos y las direcciones de los objetivos y facturas, siempre de carnicerías, pescaderías o restaurantes.
Así pues los dos detenidos residentes en La Rioja, verdaderos conocedoras del terreno, entraban en los establecimientos defraudados haciéndose pasar por comerciales de empresas energéticas, a fin de recabar el máximo número de datos posibles que revistiesen de mayor veracidad la posterior llamada que se produciría.
Además, estas dos personas detenidas, dieron de alta varias líneas telefónicas con datos falsos con las que se realizaban las llamadas a los estafados y abrieron cuentan bancarias en diferentes entidades, con el único objeto de ser utilizadas para recibir las transferencias de las víctimas, ya que esas fueron las cuentas a las que indicaban que tenían que realizar las trasferencias fraudulentas. Posteriormente el dinero transferido era inmediatamente retirado mediante extracciones de efectivo. Esta retirada inmediata del dinero es básica para sustraerlo del “radar” policial y dificultar o impedir su recuperación, cuando la víctima es consciente de que ha sido estafado.
Este tipo de utilización de cuentas bancarias fraudulentas es muy frecuente en los delitos cometidos a través de las nuevas tecnologías, sobretodo estafas, ya que facilitan la inmediatez en el acceso al dinero defraudado y el anonimato.
Los dos detenidos han sido dos hombres de 33 y 24 años de edad, de nacionalidad española y francesa, residentes en la ciudad de Logroño, los cuales hasta la fecha carecían de antecedentes policiales.