La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA) ha ofrecido refugio a los presos políticos cubanos que todavía no han sido excarcelados y que expresen su deseo de abandonar la isla en el marco del acuerdo alcanzado entre el Gobierno de Raúl Castro y la Iglesia Católica para liberar a 52 disidentes.
Los familiares de una docena de prisioneros de conciencia tuvieron el martes entrevistas con funcionarios de la SINA que les explicaron el procedimiento que deberán seguir para solicitar refugio en Estados Unidos, al tiempo que se comprometieron a acortar los plazos para que su salida de Cuba sea más rápida, informó este miércoles a Europa Press Berta Soler, una de las portavoces de las Damas de Blanco.
En las reuniones, que fueron individuales, estuvieron presentes parientes de Fidel Suárez Cruz, Alfredo Felipe Fuentes, Nelson Molinet, Claro Sánchez, José Miguel Martínez, Juan Adolfo Fernández Sainz, Miguel Galván, Eduardo Díaz Fleitas y Fabio Prieto Llorente, entre otros, todos ellos adoptados por Amnistía Internacional como prisioneros de conciencia.
Los disidentes no tendrán ningún trato preferencial en la solicitud de refugio que deberá hacerse en la sede de la SINA en La Habana, aclaró Soler. Deberán someterse “al mismo procedimiento que todos los cubanos que lo han pedido”. Lo que sí supone una ventaja es que sus familiares podrán adelantar los trámites antes de que se concrete la excarcelación.
Por otra parte, Washington se ha comprometido a reducir los tiempos de espera de la citación a la entrevista ante las autoridades consulares, que pueden oscilar entre 3 y 5 años. “Nos han dicho que no va a ser tanto el tiempo que tendremos que esperar para la entrevista, va a ser menor porque le van a dar celeridad al asunto”, afirmó la dama de blanco.
La SINA pide a los interesados en formar parte del programa de refugiados documentos como los antecedentes penales, la partida de nacimiento, el acta de matrimonio, el documento de identidad nacional y la libreta de abastecimiento alimentario. Los trámites están exentos de pago y, en caso de que se apruebe, Estados Unidos asumiría los costes del billete de avión.
El problema, sin embargo, podría venir de las autoridades de la isla, alertó Soler, que exigen a todos los ciudadanos que deseen salir del país el pago en divisas de la tramitación del permiso de salida, el pasaporte, la foto del pasaporte y el chequeo médico al que se deben someter para abandonar el país, trámites que ascienden en su totalidad a los 670 pesos convertibles cubanos (565 euros), una cifra bastante alta considerando que el sueldo medio de un cubano no llega a los 20 euros.
Varios de los disidentes que aún permanecen en prisión han rechazado la posibilidad de salir de Cuba, independientemente de las condiciones que se les propongan, postura que muchos mantienen hasta hoy. “Esto no quiere decir que por haber asistido a la reunión los presos se van a ir” de la isla, aclaró Soler, esposa de Ángel Moya. “Nosotros fuimos a escuchar, a enterarnos de lo que nos querían decir y ese interés por nosotros del Gobierno norteamericano lo agradecemos infinitamente”, dijo.
Aunque Moya ha dejado claro que cuando el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, le haga la oferta la rechazará porque su salida de Cuba podría interpretarse como un “destierro”, Soler informó de que trasladará esta propuesta de la Casa Blanca a su esposo porque “se les va a reconocer su estatus de perseguidos políticos”.
A España han llegado un total de 12 ex prisioneros de la llamada Primavera Negra de 2003 a quienes se les ha ofrecido la protección internacional asistida con permiso de residencia y trabajo. Al menos cuatro de ellos han expresado su deseo de ir a Estados Unidos donde tienen familiares cercanos.
Cerca de dos millones de cubanos residen en Estados Unidos bajo diversas formas migratorias. La normativa más conocida y, a su vez, la más polémica es la llamada “pies secos, pies mojados” con la que Washington se compromete a deportar a la isla a los cubanos que sean interceptados en el mar, pero en caso de que lleguen a tocar tierra, se quedarán viviendo en ese país de forma legal. En 2008 la Casa Blanca otorgó asilo a 4.177 cubanos, según datos divulgados por la Oficina del Censo.