Bosnia-Herzegovina comienza a ser un país de importancia para los Estados y las organizaciones internacionales. Así lo refleja el viaje que realizarán mañana representantes de Estados Unidos y la Unión Europea (UE). El ministro de Asuntos Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, en representación de la UE, y el subsecretario de Estado estadounidense, Jim Steinberg, visitarán Sarajevo los próximos días 6 y 7 de abril en el marco de una estrategia común para favorecer la estabilidad en Bosnia-Herzegovina y su integración en la comunidad Euro-atlántica.
El objetivo de la reunión, según informan desde la presidencia española, es abordar con los principales líderes políticos bosnios las reformas necesarias para promover la aproximación del país a la UE y la OTAN.
La situación política en Bosnia se caracteriza por una importante presencia internacional y una forma de gobierno en el que el poder se divide entre tres grupos étnicos: bosnios, serbios y croatas.
La UE ha señalado en el pasado la necesidad de superar las divisiones políticas que impiden que se acometan las reformas necesarias para que el país prospere y el riesgo de que Bosnia-Herzegovina se quede relegada en el camino con respecto a otros países de la región, en un momento crítico del proceso político.
Como precedente a esta visita está la realizada por el anterior presidente de turno del Consejo de la UE, el ministro sueco Carl Bildt, y el subsecretario Steinberg, en octubre del año pasado para proponer a los líderes bosnios el camino a seguir.
La propuesta incluye el cierre de la Oficina del Alto Representante, para pasar a una presencia europea reforzada, antesala de una soberanía plena, y una serie de cambios en la Constitución dirigidos a incrementar la funcionalidad del Estado y a asegurar su compatibilidad con el Convenio Europeo de Derechos Humanos.