El FC Barcelona cedió sus primeros puntos esta temporada en la Liga de Campeones en su partido (0-0) ante el Glasgow Rangers en Ibrox, donde el dominio del juego y las mejores ocasiones fueron de los azulgrana, aunque no les sirvió de mucho, ya que se mostraron incapaces de convertir en gol su superioridad. Fue una confrontación de estilos y el Barcelona logró la posesión del balón e imponer su juego de toque ante un rival que cedió todo el campo.
El empate fue celebrado como un triunfo por los 50.000 fieles del mítico estadio de Ibrox, aunque al final llegaron a soñar con la victoria, ya que mantiene al Rangers igualado con el Barça al frente del grupo, ambos con siete puntos, con cuatro de ventaja sobre el Lyon, y le permitirá optar al liderato en su próxima visita al Camp Nou. En el primer tiempo, tras unos primeros minutos de mayor empuje local, los azulgrana se hicieron con el control del balón y le dieron la tranquilidad y pausa necesaria al partido para llevarlo a su terreno, aunque les faltó una punta de velocidad en ataque y tuvieron muchos problemas para encontrar espacios en la defensa del Rangers.
UNA FALTA DE RONALDINHO AL LARGUERO, LA MEJOR OCASIÓN.
El Barça exhibió una gran superioridad, pero no la supo hacer valer para adelantarse en el marcador. Su mejor ocasión en el primer tiempo fue un lanzamiento de falta de Ronaldinho (m. 24) que tocó el portero McGregor y que rechazó el larguero, tras una falta que había provocado el jugador brasileño entre la poblada defensa escocesa. Con algo más de fortuna el equipo de Rijkaard se habría ido al descanso con un resultado favorable. O también si el árbitro hubiese visto penalti en una jugada en el minuto 41 en que el defensa Hutton se lanzó con todo el cuerpo a cubrir un disparo de Ronaldinho y desvió con el brazo la trayectoria del balón.
También lo intentó Gudjohnsen, el sustituto del lesionado Deco, que respondió con una buena actuación en su primer partido como titular esta temporada. El islandés fue el primero en buscar el gol al cabecear libre de marcaje en un saque de esquina, pero el remate se fue alto, cuando corrìa el minuto seis de partido. Los azulgrana dieron entonces su primer aviso con el principal arma de su rival, el juego por alto, un aspecto que Rijkaard también quiso combatir con la entrada de Thuram. El francés formó en el centro de la zaga con Milito y Puyol jugó en la demarcación de lateral, como años atrás, lo que llevó a Oleguer al banquillo.
Puyol no defraudó en su actuación por el carril derecho y corrió la banda en muchas ocasiones para llevar peligro al área del Rangers. Incluso dejó un 'caño' y un pase desde la línea de fondo que Henry no llegó a rematar. El capitán también buscó el gol en un remate de cabeza que iba dirigido a la escuadra. El dominio del balón apenas se tradujo en llegadas al área y Rijkaard sólo buscó una solución en el banquillo a ocho minutos del final con la entrada de Giovani por Henry. En el banco se quedó Bojan, que no tuvo premio tras marcar el gol del Barcelona en Villarreal, donde los azulgrana sufrieron su primera derrota del curso.
El paso del tiempo hizo crecerse al Rangers al final, cuando el equipo de Walter Smith tuvo un par de oportunidades que avivaron las ilusiones de la grada de Ibrox, ambas protagonizadas por Cousin, primero un centro al que no llegaron Ferguson ni Novo en el área pequeña y después un derechazo de volea que se marchó fuera.