El FC Barcelona se proclamó este viernes campeón de la Supercopa de Europa, la tercera de su historia, gracias a un gol del canterano Pedro en la prórroga que hizo cierta justicia, pues los blaugrana fueron superiores al Shakhtar Donetsk en un encuentro que, sin embargo, fue bastante aburrido debido a un ritmo de juego demasiado lento y por la actitud defensiva de los ucranianos.
En un terreno de juego en estado lamentable, el partido fue diferente al esperado. El Barcelona tuvo el balón, pero hasta el segundo tiempo no aceleró en materia ofensiva. Apretó, incrementó el ritmo pero se estrelló ante un Pyatov muy acertado.
Finalmente, la buena definición de Pedro, tras pase del incansable y voluntarioso Messi, dio el segundo título oficial de la temporada después de la Supercopa de España del pasado domingo frente al Athletic, y el quinto del año, a un Barcelona que sigue haciendo historia de la mano de Guardiola.
La buena colocación del campeón de la UEFA sobre el campo, el mal estado del campo y el calor impidieron que el Barcelona estuviera cómodo en la primera mitad. Tuvo la posesión del balón, pero la mayoría del tiempo en su propio campo o en la medular. También gozó de ocasiones, pero ninguna de peligro, mientras que los ucranianos, infructuosos de cara a hacer peligro, contribuyeron a que el primer tiempo fuera espeso y aburrido.
Poco a poco, el Barça fue encontrando su espacio, pero el 'Mejor centrocampista' del año, Xavi Hernández, estuvo muy bien anulador por el alemán Hubschman durante todo el partido. Y es que el Shakhtar estaba bien plantado sobre el terreno de juego y complicaba las transiciones. Los ucranianos consiguieron que el Barcelona no hilvanara las jugadas hasta el área, pues siempre se quedaba en la zona de tres cuartos. Por ello, los de Guardiola lo intentaron con disparos lejanos, de Henry y Keita, aunque ambos disparos no causaron peligro.
El Shakhtar, cómodo con la situación, intentó acercarse al área de Valdés y, aunque sin mucho acierto en el remate, los centros de Rat y Srna desde las bandas empezaron a llegar. Messi, sin embargo, siempre está al acecho y cuando parecía que el Barcelona desaparecía, él hizo lo contrario para poner a prueba a Pyatov con un disparo raso. Hasta el final del primer tiempo, ningún equipo consiguió cambiar la dinámica. Tras el descanso, el balón todavía era del Barcelona, y es que el Shakhtar esperaba en su área a poder hacer daño en un contraataque. No había la chispa necesaria, en todo caso, para desbordar a una experimentada defensa que tapaba cualquier hueco. Xavi, ante la ausencia de Iniesta, era el único capaz de abrir la lata pero estuvo bien cubierto en todo momento. Además, cuando los blaugrana conseguían llegar al área ucraniana con peligro, siempre fallaba el último y decisivo pase.
El Barcelona buscaba una acción que desequilibrar el encuentro, y lo hizo por partida doble. Messi, de nuevo, puso a prueba a Pyatov con un disparo, entre dos defensas, que éste sacó como pudo. Su rechazo de puños hizo que la pelota llegara a Henry, pegado a la línea de cal en la banda izquierda, que hizo un centro chut que a punto estuvo de colarse dentro, pero el portero ucraniano la desvió muy bien al córner, por encima del larguero. Se animó el público, y pareció hacerlo el Barça.
Ibrahimovic, antes de ser sustituido, tuvo dos ocasiones en jugada individual. En la primera llegó hasta la frontal, se deshizo de un defensa y chutó mal, en semifallo, mientras que en la segunda fue objeto de un posible penalti, aunque el árbitro creyó lo contrario. Guardiola movió cartas y dio entrada a Pedro, que entró por el '9' sueco, para intentar dar más movilidad al ataque barcelonista, pero lo cierto es que Messi, y no fue su mejor partido, era el único que tenía cierto peligro.
No cesó en su intento, y tiró de talento para crear una jugada marca de la casa, en la que se fue de varios defensas --con regalos incluidos en forma de patadas-- que provocaron que, tras perder el balón, el argentino perdiera los nervios y empujara a Kucher, que se revolvió. Antes del final de los 90 minutos, a los que se llegó con el marcador inicial, Pedro tuvo la última ocasión con un disparo desde dentro del área que Pyatov detuvo sin problemas.
EN LA PRÓRROGA, PELIGRO UCRANIANO PERO SENTENCIA DE PEDRO
Tras el empate en los 90 minutos de juego, los jugadores del Shakhtar salieron más enchufados y más frescos físicamente. Precisamente, el recién incorporado Aghahowa tuvo un mano a mano con Valdés, tras ganarle la espalda a Alves, que el portero del Barcelona desvió bien a córner en la primera acción del partido en la que tuvo que intervenir.
Esto no gustó a los blaugrana, y Bojan respondió con una diagonal, de izquierda a derecha, en la que fue esquivando rivales para encarar, aunque escorado, a un Pyatov que rechazó el disparo del canterano a córner con el pie. El Barça quería hacerse con el control de nuevo, y se puso las pilas en ataque. Alves, más cansado de lo habitual, se sacó un fuerte disparo desde fuera del área que se marchó fuera por poco. Dos córners botados por el Barça, con jugadas un poco alocadas, pusieron fin a los primeros quince minutos de la prórroga.
En la segunda reanudación del encuentro, Pedro se unió a Messi en el ataque a la hora de crear peligro, aunque no fue la noche de los delanteros blaugrana a la hora de hacer los últimos pases de gol. Además, de hacerlo, se encontraban con Pyatov, todo un muro, y cuando no los balones se iban fregando el palo, como en las enésimas jugadas de un Messi que buscaba, casi solo, el título.
El partido, ahora sí, era de ida y vuelta, aunque muchas más idas blaugranas. Y, en una de ellas, Pedro marcó un golazo en una jugada de combinación con Messi, que asistió entre los dos centrales a un Pedro que finalizó con un disparo con rosca que hizo inútil la estirada de Pyatov.
Poco después Kobin intentó sorprender a Valdés, con un disparo lejano, que el de L'Hospitalet detuvo en dos tiempos. El Barça durmió el balón hasta que el pitido del árbitro les dio la tercera Supercopa de Europa.