La ONG Observatorio de Derechos de Afganistán (ARM) ha publicado un informe en el que se aclara lo ocurrido el viernes 4 de septiembre en Kunduz, Afganistán, cuando la OTAN decidió bombardear dos camiones cisterna que habían secuestrado miembros talibán. En este ataque 90 personas perdieron la vida, de las cuales, según informa la ONG, unas 70 podrían ser civiles.
Dicha ONG, fundada por activistas locales, ha basado su investigación en más de una docena de entrevistas con vecinos de la zona.
“Los informes preliminares recibidos por ARM indican que entre 60 y 70 no combatientes fallecieron. Incluso si todas las víctimas fueran seguidores de los talibán, el hecho de que en su mayoría fueran desarmados y no estuvieran implicados en ninguna actividad de combate no justifica su asesinato en masa”, afirma la organización.
El incidente del pasado viernes es el primero en el que las fuerzas extranjeras son acusadas de la muerte de un gran número de civiles desde que Stanley McChrystal fue nombrado comandante de las tropas de la OTAN el pasado junio, cuando anunció que la protección de los civiles sería el núcleo de su nueva estrategia.
La Alianza Atlántica todavía tiene que concluir su investigación sobre lo ocurrido, aunque ya ha reconocido que algunos civiles murieron como consecuencia directa del bombardeo. Pero ARM destaca en su informe que más de una docena de hombres armados perdieron la vida en el incidente.
Mientras, el gobierno central afgano sólo ha hablado de decenas de muertos, incluidos civiles, pero no ha ofrecido cifras estimadas, y las autoridades provinciales han dado números contradictorios. Un diputado de Kunduz hablaba ayer de 65 muertos.
Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha admitido la dificultad de determinar el balance exacto del bombardeo debido a que muchos de los cadáveres quedaron totalmente calcinados.
El ministro alemán de Defensa, Franz Josef Jung, continúa defendiendo la actuación de su Ejército, que fue el que dio la orden de bombardear. Así, pidió que no se hagan juicios prematuros sobre la operación militar más mortífera en la que se han visto implicadas las fuerzas alemanas desde la Segunda Guerra Mundial.
“El ataque aéreo fue absolutamente necesario. No puedo comprender cómo algunos pueden criticar tan rápidamente sin conocer cómo era la situación o la información previa. En base a la información que he conseguido, sólo terroristas talibán murieron en el ataque”, afirmó.