De no ganar como visitante a hacer en las dos últimas salidas. De hacerse fuerte en La Planilla a sumar sólo 1 punto de los últimos 6 en juego. Es el fútbol. Lo normal se convierte en extraño y lo raro pasa a ser algo habitual. El caso es que el Calahorra llega a la jornada 14 con 10 puntos de ventaja respecto a los puestos de descenso. Espectacular comienzo de los rojillos pese a esos altibajos que ha dado. Lo último ha sido el triunfo, por la mínima, en los campos de Mareo ante un Sporting B que venía lanzado, tres victorias seguidas, pero al que el cambio de entrenador -José Alberto López ha ascendido al primer equipo- no le sentó bien.
El Calahorra comenzó dubitativo ante un Sporting B bien plantado y dominando la pelota. Pero con firmeza y aplomo, los rojillos fueron sacudiéndose ese control local dando un zarpazo letal cuando Ubis remataba un centro de Auzmendi antes del cuarto de hora. Un tanto que soltó a los visitantes, que fueron ganando en confianza y presencia sobre el césped. Y eso que los rojiblancos pisaban área rival aunque sin que Zabal tuviera que intervenir. Le estaba costando salir a los visitantes, pero generaron un saque de esquina crucial para que Javi Barrio rematara en el segundo palo un gran centro de Rodrigo.
No se había alcanzado la media hora y el Calahorra disfrutaba de una ventaja amplia y a domicilio. Pero no todo fue tan positivo. El cuadro local empujó y Berto González superaba a Zabal para animar a los suyos. Y tanto. Casi echa al traste la renta el equipo de Miguel Sola. Javi Barrio veía la amarilla y Pedro Díaz asumía la responsabilidad desde los once metros. Enfrente estaba Zabal que se hizo grande para evitar las tablas y dar vida a sus compañeros.
El filial rojiblano salió lanzado en aras de las tablas, aunque Espejo libró a los anfitriones despejando sobre la línea lo que pudo ser el 1-3. Se entonó el Calahorra y estuvo cómodo sobre el terreno de juego. Parla tiraba fuera, Ubis veía la amarilla -acarrea la suspensión para el próximo partido- y Javi Duro salía por un tocado Morgado en el segundo cambio de los riojabajeños -Cárdenas sustituyó a Auzmendi antes del descanso-. Y Rodrigo se gustaba con un jugadón que tuvo una gran conducción y un perfecto golpeo con la izquierda que fue a la escuadra.
Veinte minutos para la conclusión y el Calahorra estaba crecido. Pero Pedro Díaz se resarcía del penalti marrado para recortar las diferencias y generar la incertidumbre en el resultado final. Por suerte, los rojillos -de azul en tierras asturianas- no se metieron atrás, no se dejaron llevar por la inercia del marcador y no sufrieron apuros salvo los típicos centros en los minutos finales. Quizá eso fue la mejor noticia, que no hubo excesivo sufrimiento para resolver una salida complicada con una victoria que debe dar alas a los riojanos de cara al próximo compromiso.