La despoblación ataca sin piedad a la llamada “España vacía” en la que se encuentra La Rioja. Sin embargo, a escasos meses de las elecciones municipales los censos han crecido de forma significativa y sospechosa, hasta el punto de que algunos casos están siendo investigados por la Junta Electoral Central. Aunque en La Rioja no se encuentra ninguno de los 30 pueblos investigados, hay cinco municipios que han sufrido un fuerte crecimiento en escasos meses. Es el caso de Almarza de Cameros, Castroviejo, Galbárruli, Lagunilla del Jubera y Ocón.
Los datos, pueblo a pueblo
El Confidencial ha desgranado los datos de todas las localidades con crecimientos sospechosos. Concretamente, Almarza ha pasado de 23 habitantes en noviembre de 2018 a 35 en febrero de 2019; Castroviejo aumentó en 11 personas entre octubre y noviembre de 2018 cuando llevaba estancado en los 44 habitantes desde enero; Galbárruli creció desde febrero de 2018 en 16 personas; Lagunilla empezó a crecer desde abril del año pasado aunque el pico se produjo entre diciembre y enero, que se empadronaron 48 personas; y, por último, Ocón ha pasado de 272 a 319 entre diciembre y febrero.
Las causas de la sospecha
En la mayoría de los casos, se trata de pueblos de menos de 100 habitantes, en los que escasos votos pueden decantar la balanza a un lado o a otro. Normalmente, eran antiguos vecinos del pueblo que se habían mudado a la ciudad, aunque la Junta Electoral exige estar empadronado, y por tanto votar, donde se resida.
En otros casos se ha denunciado que la existencia de empadronados sin ninguna relación con el pueblo, o incuso el empadronamiento de una treintena de personas en la vivienda particular del alcalde.