La consejera de Salud, Sara Alba, ha visitado este jueves el Centro de Salud Joaquín Elizalde de Logroño para conocer de primera mano las reformas realizadas en la zona asistencial, que han supuesto aumentar en dos el número de consultas, hasta llegar a las 18.
Destinadas a Enfermería, estas dos nuevas consultas “no sólo mejorarán la comodidad de los pacientes y agilizarán su atención asistencial, sino que también permitirán a los profesionales de Salud dejar de compartir espacios como han venido haciendo hasta la fecha”, ha destacado.
El Centro de Salud Joaquín Elizalde, que atiende a una población de 27.509 usuarios, cuenta con servicios de Medicina Familiar y Comunitaria, Enfermería, Matrona, Fisioterapia, Trabajadora Social y Extracciones de Sangre.
Anualmente, los médicos de familia de este centro realizan en torno a 122.000 consultas y los pediatras, alrededor de 21.000.
Con una inversión aproximada de 32.000 euros, las reformas han reorganizado la adaptación del espacio destinado a las salas de espera, cuya capacidad no se ha visto afectada gracias al sistema consolidado de cita previa y a la progresiva implantación de un sistema telemático que reduce los tiempos de espera.
Además, estas obras se complementan con la instalación de una plataforma para aparcabicis y una nueva escalera de acceso a la cubierta para facilitar el mantenimiento de las instalaciones.
Por otro lado, para mejorar la sostenibilidad del centro de salud, se han instalado placas fotovoltaicas que complementan el suministro eléctrico general de las instalaciones y contribuyen a reducir su consumo energético.
La intervención, que ha contado con un presupuesto de 56.000 euros, forma parte de una iniciativa que la Consejería de Salud prevé extender progresivamente al resto de centros sanitarios. Actualmente, cuentan con este tipo de sistemas de generación de energía renovable el Centro de Salud La Guindalera y el Centro de Alta Resolución San Millán (CARPA), además del Centro de Salud Joaquín Elizalde.
La potencia eléctrica generada servirá como apoyo a la red de suministro, cubriendo una parte del consumo de las instalaciones y minimizando de esta manera las emisiones totales del consumo eléctrico general.
Gracias a la instalación de estas placas fotovoltaicas, está previsto que se reduzca la factura eléctrica anual del Centro de Salud Joaquín Elizalde casi un 40%, con un ahorro estimado de 10.000 euros, ha indicado el Ejecutivo regional.