El comienzo del curso escolar 2020-2021 se retrasa al martes 15 de septiembre en todos los centros y enseñanzas de La Rioja porque el periodo para preparar con garantías la vuelta al cole no es suficiente. Así lo ha anunciado el consejero de Educación, Luis Cacho, quien también ha detallado que el fin de curso se pospone así mismo al 30 de junio.
Cacho ha presentado hoy el Plan de Contingencia que guiará la vuelta a las aulas, con entradas escalonadas, turnos y medidas sanitarias que ya adelantó Rioja2 y cada centro ha elaborado siguiendo estas pautas su propio plan, que debe entregar antes del 31 de julio.
300 nuevos docentes
El curso 20/21 se iniciará, asimismo, con una cuota extraordinaria de profesorado como refuerzo ante las nuevas necesidades organizativas de los centros derivadas de la crisis sanitaria y para el correcto cumplimiento de los objetivos planteados en el plan, siempre que así lo justifiquen los centros, después de agotar todas las posibilidades de flexibilización lectiva y reorganización, y que sea validado por el servicio de Inspección y la Dirección General de Educación.
El Gobierno de La Rioja espera una transferencia aproximada de unos 13,2 millones de euros correspondientes a la partida extraordinaria de 2.000 millones asignada por el Gobierno de España para aplicar en educación por las comunidades. La Consejería de Educación y Cultura prevé asignar un 75 por ciento de estos fondos, unos 10 millones de euros, a la contratación de nuevo profesorado para mejorar la aplicación de medidas preventivas; y el resto a los programas de digitalización, formación y refuerzo escolar, con un total de 3,2 millones de euros.
Antes de final de agosto se hará un llamamiento extraordinario para la contratación de interinos en los centros públicos.
Plan de contingencia
El Plan de Contingencia integra otros tres planes: el Plan de Seguridad y Salud en Educación, con todos los protocolos sanitarios a implementar; el Plan de Formación e Información, para una correcta adquisición de los nuevos hábitos y criterios por todos los agentes de la comunidad educativa; y el Plan de Acogida, para priorizar la atención a todas la personas para un inicio de curso con el mayor bienestar emocional posible para todos, antes de comenzar el trabajo de recuperación curricular pendiente del curso anterior.
“Es preciso poner en valor el trabajo colaborativo y arduo realizado durante varias semanas por todos los agentes implicados, sin excepción, en el proceso educativo. Era necesario llegar a una hoja de ruta común y con aportaciones de todos, y es momento de felicitarles a todos por el trabajo y el empeño mostrados; creemos que este plan es, ante todo, una garantía de seguridad para que toda la comunidad educativa pueda volver con tranquilidad en septiembre a las aulas”, ha recalcado el consejero, quien ha estado acompañado en la presentación por la directora general de Educación, Pepa Iriarte; y el responsable de la Inspección Médica Educativa, José Ignacio Aguado.
Nueva estructura médica educativa
La primera medida adoptada ha sido de tipo estructural con la creación de una nueva unidad administrativa, la Unidad Médica Educativa (UMED), que será coordinada por José Ignacio Aguado, inspector médico educativo de la Dirección General de Educación. Le acompañará un equipo médico y de enfermería escolar para apoyo e intervención en cualquier situación de emergencia escolar, así como para la coordinación interinstitucional con el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales (Consejería de Función Pública), la Dirección General de Salud Pública, la Consejería de Servicios Sociales y los ayuntamientos, además de participar directa y regularmente en la nueva estructura a crear en cada centro mediante un coordinador de Salud y una Comisión de Salud, encargados de implementar y supervisar los protocolos de salud establecidos.
Medidas de prevención para un escenario de nueva normalidad.
El plan, que ahora cada centro de la región deberá adaptar a su contexto, necesidades y recursos particulares, parte de la previsión de los tres posibles escenarios, aunque con la apuesta prioritaria por el correspondiente a la nueva normalidad, marcado por el regreso presencial generalizado a las aulas y el desarrollo de un extenso paquete de medidas de seguridad y prevención sanitarias.
Entre otras medidas de carácter general, plantea el uso obligatorio de mascarilla a partir de los 6 años de edad (1º de Primaria), salvo actividad física al aire libre o en espacios amplios (polideportivos), maximizar la distancia de seguridad hasta los 1,5 metros siempre que sea posible y la adopción rigurosa de medidas de prevención personales y colectivas.
Para los cursos de edades más tempranas (Infantil y Primaria) se plantea el método de gestión de Grupos de Convivencia Estable, ya puesto en práctica en el proyecto Escuela Abierta de Verano con excelentes resultados por la reciente detección y gestión precoz de un caso, evitando otros contagios en el centro gracias a la diligente implementación del protocolo por el equipo directivo, los profesionales de la entidad coordinadora y las administraciones educativa y sanitaria.
La gestión de los Grupos de Convivencia Estable se acompaña de un procedimiento de sectorización del centro educativo, consistente en la delimitación de espacios y definición de protocolos y flujos de personas que permitan la reducción de contactos dentro del centro. “El objetivo de la sectorización es que, ante la aparición de un brote, se pueda aislar todo el sector, aislando a los contactos cercanos, desinfectando los espacios y permitiendo que los demás sectores sigan funcionando bajo un sistema de estrecha vigilancia y alerta”, ha explicado Cacho.
Cada centro deberá encontrar las medidas apropiadas en su caso para el desdoblamiento de grupos siempre que sea posible. En concreto, para los mayores de 14 años, se permitirá hasta un 50 por ciento lectivo mediante educación a distancia o el establecimiento de turnos de tarde para determinados grupos o niveles que ayude al esponjamiento de los espacios durante la mañana para el desdoblamiento de 1º y 2º de ESO o 1º de FPB, cuya presencialidad debe garantizarse en horario de mañana al 100 por ciento, en aras a garantizar la conciliación familiar y laboral a las familias con hijos menores de 14 años.
Plan de Acogida
Además de las medidas sanitarias, el Plan de Contingencia dibuja también una línea de acciones pensada para priorizar el cuidado a las personas en el ámbito emocional y en el especial contexto de la crisis sanitaria y social vivida, sobre todo en las situaciones de mayor vulnerabilidad emocional y social. “Tras la crisis generada por la pandemia, es necesario que los centros educativos diseñen medidas y acciones para encauzar el impacto emocional que se haya producido en el alumnado”, ha señalado Cacho.
De este modo, el plan de acogida recogerá las medidas y actuaciones que se pondrán en marcha desde el primer día de llegada al centro, con el fin de conseguir una adaptación progresiva del alumnado al entorno escolar, a su profesorado, a sus compañeros y compañeras... dado que el proceso natural y ordinario de convivencia y adaptación quedó repentina y bruscamente interrumpido desde hace seis meses, rompiéndose la habitual rutina de contacto social en el entorno escolar. Estas medidas perseguirán que de manera tranquila se retome la senda de la nueva normalidad educativa, superando los problemas socio-emocionales que hayan podido surgir y, del mismo modo, incluirán también acciones para el profesorado y sus familias.
Segunda fase del Plan de Contingencia: 16 de octubre
Una vez garantizado un inicio de curso seguro, los centros deberán acometer una segunda fase de elaboración del Plan de Contingencia de Centro, elaborando un Plan Pedagógico con las adaptaciones curriculares de las programaciones didácticas y un Plan Tecnológico para la mejora de equipamientos y la adquisición de competencias digitales, tanto por el profesorado como por el alumnado, que se verán beneficiadas por la aplicación de nuevos fondos.