La situación de violencia que vive la localidad mexicana de Ciudad Juárez (fronteriza con Estados Unidos) mantiene en vilo tanto al gobierno de Felipe Calderón como a la Administración estadounidense de Barack Obama.
La inseguridad y el caos provocados por los carteles de droga que actúan en la ciudad ha provocado la reacción del gobierno de Estados Unidos, quien se ha mostrado en desacuerdo con algunas de las medidas adoptadas por el Ejecutivo mexicano. La secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, ha condenado la oleada de violencia que el pasado fin de semana costó la vida a dos ciudadanos estadounidenses en Ciudad Juárez, aunque consideró que la decisión de Calderón de enviar efectivos del Ejército para controlar la seguridad en el municipio fronterizo no “ha ayudado en nada”.
“Este ha sido un crimen horripilante”, dijo Napolitano, quien reiteró que el gobierno de Estados Unidos mantendrá su respaldo al de México en la lucha contra los carteles del narcotráfico y aseguró que Washington reforzaría los sistemas de control en la frontera entre ambos países.
“La presidencia de Felipe Calderón ha estado profundamente involucrada en los esfuerzos por contener la ola de violencia en Ciudad Juárez, decidiendo incluso el envío de efectivos militares. Pero esto no ha ayudado en nada”, indicó Napolitano en declaraciones a la cadena MSNBC recogidas por el diario mexicano El Universal.
“Hemos estado trabajando con México y vamos a seguir colaborando en todos los medios posibles para ayudarles. Pero también tenemos que esforzarnos para reforzar nuestras defensas en la frontera y evitar así la expansión de la violencia”, añadió.
Por su parte, el presidente Felipe Calderón ha apostado por aumentar la presión contra el crimen organizado y el tráfico ilegal de drogas, armas y dinero en colaboración con Estados Unidos, al considerar que estos fenómenos tienen su origen a ambos lados de la frontera común.
“Es indispensable que el embate al crimen organizado se asuma plenamente como una responsabilidad compartida entre Estados Unidos y México
y una batalla que a ambos lados de la frontera debemos dar y ganar como aliados, cada quien en su territorio, cada quien en el ámbito de su competencia, pero con una estrecha colaboración en materia de información, de inteligencia y políticas públicas“, dijo Calderón tras reunirse con las autoridades de Chihuahua y Ciudad Juárez.
En este sentido, el mandatario mexicano indicó que ambos países deben “seguir colaborando para derrotar a esas organizaciones y poner un alto al trafico de drogas de armas, dinero ilícito y poner a salvo a los jóvenes”, después de mantener una reunión con el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual.
Ayer el presidente Calderón visitó Ciudad Juárez para relanzar el programa 'Oportunidades' con el fin de contrarrestar la violencia provocada por bandas de traficantes en la región fronteriza.
Decenas de manifestantes protagonizaron duros enfrentamientos con el personal de seguridad del presidente
y con agentes de la Policía local en las inmediaciones del Colegio de Bachilleres de Ciudad Juárez, donde Calderón presentó el programa, para protestar en contra de las medidas adoptadas por el dirigente para frenar la ola de violencia en la región.
“Calderón no tiene idea de lo que está diciendo, él vive en otro planeta”
, dijo una de las manifestantes que se identificó como Susana Molina. “Le dijimos que no queríamos más soldados y él envió más”, explicó otras de las asistentes al acto.