Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. Y eso le pasó a la Unión Deportiva Logroñés. El Guijuelo avisó durante el primer tiempo haciendo del choque un correcalles, en algunas fases, en el que el acierto podía ser clave. Al conjunto de Carlos Pouso, incisivo en el arranque, le convenía un partido en el que se sintiera dominador, sin que hubiera tanta ida y vuelta por momentos, en el que sus mejores hombres fueran arrinconando a un oponente que lucha por repetir presencia en la Copa del Rey.
Pero una contra, que ni siquiera fue hasta bien llevada por el conjunto local, terminó en gol porque el balance defensivo de la UDL no existió. Varios jugadores se quedaron mirando, no acudieron al rescate. Es como si dieran por sentado que Miguel, en primera instancia, iba a ser batido por Julián Luque. Para qué correr, para qué regresar a mi posición. A lo mejor, ese remate de Antonio Pino se pudo haber evitado. Nunca se sabrá. Lo cierto es que un error, un gol encajado. Parece mentira que no se sepa, con lo que hay en juego -mejorar la cuarta posición que no te condene a medirte a un segundo en la fase de ascenso-, que este tipo de acciones son decisivas, determinantes en los encuentros.
No todo fue negativo en el municipal de Guijuelo. El lado positivo fue la capacidad para poder reaccionar tras el tanto encajado y empatar a los 9 minutos. Unas tablas que, además, animaron a los riojanos a buscar el triunfo, con más ganas que juego y acierto. La presencia de Íker Alegre y Adrián Cruz fueron dos grandes noticias. El asturiano, olvidada la lesión, colaboró con una buena asistencia a Pere Milla, mientras que el gallego, necesita ritmo tras varios meses en el dique seco, evidenció que va a ser un futbolista importante en esta recta final. Su mando y presencia en los minutos finales invitan al optimismo.
ANCLADA EN LA CUARTA POSICIÓN
Cierto que ese punto es escaso botín a tenor de las victorias de los tres equipos que preceden a la UDL en la tabla, puesto que la cuarta posición puede ser una realidad, aunque no guste. Sin embargo, por juego y por ocasiones el empate obtenido en Guijuelo no debe verse como un paso atrás. Hubo sus cosas, buenas, regulares y malas, pero lo importante es que se mantenga el carácter competitivo. Toca aprender de los errores, como el tanto recibido tras un pésimo repliegue, para no repetirlos cuando haya algo más que tres puntos en juego.
Comenzó la UDL con ganas, pese al viento en contra, consciente de lo que había que hacer y lo que había que evitar. Sintomático fue que el primer tiro a puerta -de Titi al lateral de la red- fuera de una UDL que quería imponer su ritmo, su velocidad. Esa iniciativa fue dando paso a un partido con alternativas en el mando, en el que aunque pisar área con claridad era complejo se rondaba esa ocasión que pudiera resquebrajar las intenciones de unos y de otros. Pero ese último pase, ese remate no llegaba. Ayub dio algo de luz al juego de los verdiblancos con un tiro raso que detuvo Miguel.
El intercambio de golpes, quizá mejor habría que calificarlo de intentos, era constante. Titi probaba al riojano Enrique Royo, pero los locales respondían con un aviso de Palazuelos, que rápidamente era contestado con una buena ofensiva de Chevi, a bote pronto que se marchó rozando el poste. Sin miedos, pero con respetos, ambos conjuntos sabían que un error o una acción aislada podía dar un giro a las aspiraciones, así que el duelo fue decayando en ritmo. Combinar era difícil y encadenar pases acertados también.
El descanso estaba cerca y la UDL se marchó a los vestuarios con un susto en el cuerpo. La culpa la tuvo Jonathan, que ejecutó con potencia, una falta directa que provocó que el capitán blanquirrojo, en su línea, se estirara con pericia para que la pelota, que iba a la red, se desviara a la escuadra. Un respiro para redoblar esfuerzos y aclarar los conceptos.
ERROR Y EMPATE AL MOMENTO
Así que en la segunda mitad, los riojanos iban a contar con el viento a favor, pero el Guijuelo estuvo respondón y buscó que el encuentro fuera un ir y venir, pero siempre con precauciones. Es lo que tiene no acabar las jugadas, que tras robo se monta una contra. En esa tesitura, las imprecisiones en el último momento imposibilitaban que el espectador gozara de lo acontecido sobre un terreno de juego más estrecho que otros. Eso no quita para que el peligro rondara. Y no fue con tiros lejanos. Un centro de Jonxa Vidal no encontró rematador. Un alivio para Miguel, que no alcanzó a atajar dicho centro.
Carlos Pouso metió pimienta en el campo y puso en escena a Íker Alegre, que regresaba tras su lesión sufrida ante el Izarra. En su primera intervención, el asturiano perdió el cuero y el cuadro oponente montó una transición rápida. El Guijuelo aprovechó la superioridad numérica -cinco atacantes frente a cuatro defensores- después de que los jugadores de la UDL no acudieran al repliegue y Antonio Pino, a la segunda tras la parada de Miguel a Julián Luque, embocó a gol pese a su mal remate. Un error imperdonable para un bloque que deja de ser el menos goleado del grupo.
Pero hubo reacción. E instantánea. Primero Jacobo probó a Enrique Royo y después fue Pere Milla el que remató, a la primera, el servicio de lujo de Íker Alegre para empatar la contienda y creer en algo más. El técnico vasco agotó las sustituciones, retrasando a Adrián León como central para que Adrián Cruz mandara en la parcela ancha. Además, Carlos Fernández fiajaba a los centrales chacineros en detrimento del 'pichichi'. Movimientos con los que no se renunciaba a los tres puntos.
Daba la impresión de que tras la igualada, el Guijuelo estaba a mitad de camino. Dejaba gente arriba y permitía que la UDL quisiera estar cerca de la portería defendida por Enrique Royo al ver que había espacios. Para ello, era importante controlar el juego y Adrián Cruz debía ejercer galones. Hubo opciones en ambos lados. Pero el guardameta anfitrión se anticipó a Íker Alegre y el tiro de Ayub se marchó fuera. Unas tablas que dejan a los de Rubén de la Barrera en la pelea por repetir la próxima temporada en la Copa del Rey y que mantienen a los riojanos a rebufo del Tudelano, hizo los deberes ganado 2-0 al Astorga, y del Racing de Santander, venció 0-1 ante el Lealtad. Es decir, alejando a la UDL de mejorar una cuarta posición que se resiste a abandonar el cuadro blanquirrojo. El liderato se queda a 7 puntos y tanto el segundo como el tercer lugar quedan a 3 cuando restan 9 por jugarse.
FICHA TÉCNICA
Guijuelo: Enrique Royo; Piojo, Ramiro, Jonathan, Aitor Aspas; Julián Luque (Raúl Ruiz, min. 76), Javi Rey, Palazuelos, Jonxa Vidal; Ayub y Antonio Pino.
UD Logroñés: Miguel; Barreda, Borja, Santelices (Adrián Cruz, min. 74), Paredes; Jacobo, Adrián León; Titi (Íker Alegre, min. 63), Chevi, Pere Milla (Carlos Fernández, min. 78); y Luis Morán.
Goles: 1-0, min. 64: Antonio Pinto. 1-1, min. 73: Pere Milla.
Árbitro: Alonso Portillo (colegio Andaluz). Amonestó a los locales Javi Rey (min. 61) y Ayub (min. 72); y al visitante Borja (min. 25).