Varias mujeres riojanas han querido participar en la celebración del Día de la Mujer que Rioja2 ha organizado a modo de poema. Todas ellas han unido sus voces en torno a un emocionante poema de Elvira Sastre. Un particular homenaje al papel de las mujeres en el que han participado, entre otras, la presidenta del Gobierno regional, Concha Andreu; la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra; y la delegada del Gobierno en La Rioja, María Marrodán; y la concejala de Igualdad de Logroño, Eva Tobías.
También se han sumado a esta celebración niñas, adolescentes, mujeres mayores, enfermeras del centro de salud de Arnedo, la Fundación Hospital de Calahorra y la UCI del Hospital San Pedro, una neuróloga, una policía, una camarera, una investigadora del CIBIR, periodistas, sexólogas, mujeres rurales, trabajadoras sociales, deportistas, madres, actrices, maestras y representantes del mundo del vino, de otras minorías y de la universidad.
Somos mujeres
Miradnos.
Somos la luz de nuestra propia sombra,
el reflejo de la carne que nos ha acompañado,
la fuerza que impulsa a las olas más minúsculas.
Somos el azar de lo oportuno,
la paz que termina con las guerras ajenas,
dos rodillas arañadas que resisten con valentía.
Miradnos.
Decidimos cambiar la dirección del puño
porque nosotras no nos defendemos:
nosotras luchamos.
Miradnos.
Somos, también, dolor,
somos miedo,
somos un tropiezo fruto de la zancadilla de otro
que pretende marcar un camino que no existe.
Somos, también, una espalda torcida,
una mirada maltratada, una piel obligada,
pero la misma mano que alzamos
abre todas las puertas,
la misma boca con la que negamos
hace que el mundo avance,
y somos las únicas capaces de enseñar
a un pájaro a volar.
Miradnos.
Somos música,
inabarcables, invencibles, incontenibles, inhabitables,
luz en un lugar que aún no es capaz de
abarcarnos, vencernos, contenernos, habitarnos,
porque la belleza siempre cegó los ojos
de aquel que no sabía mirar.
Nuestro animal es una bestia indomable
que dormía tranquila hasta que decidisteis
abrirle los ojos con vuestros palos,
con vuestros insultos, con este desprecio
que, oídnos:
no aceptamos.
Miradnos.
Porque yo lo he visto en nuestros ojos,
lo he visto cuando nos reconocemos humanas
en esta selva que no siempre nos comprende
pero que hemos conquistado.
He visto en nosotras
la armonía de la vida y de la muerte,
la quietud del cielo y del suelo,
la unión del comienzo y del fin,
el fuego de la nieve y la madera,
la libertad del sí y el no,
el valor de quien llega y quien se va,
el don de quien puede y lo consigue.
Miradnos,
y nunca olvidéis que el universo y la luz
salen de nuestras piernas.
Porque un mundo sin mujeres
no es más que un mundo vacío y a oscuras.
Y nosotras
estamos aquí
para despertaros
y encender la mecha.