Los jefes de las finanzas de las siete economías más industrializadas del mundo, el G7, han prometido tomar medidas “decisivas” y trabajar juntos para frenar la escalada de la crisis financiera global, tras otra jornada de caídas en los mercados mundiales.
Golpeados por billones de dólares en pérdidas de riqueza, los inversores de todo el mundo han puesto sus esperanzas en una acción decidida del Grupo de los Siete países más industrializados. Después del cierre de los mercados, el G7 indicó que la situación requería de “una acción urgente y excepcional” y prometió dar los pasos necesarios para descongelar los mercados monetarios, pero no mencionó cuales serán.
El grupo ha afirmado asimismo que se usarán todos los medios disponibles para prevenir que instituciones importantes para el sistema caigan, y asegurar que los bancos pueden conseguir capital de fuentes públicas o privadas.
En esa línea, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, ha afirmado por su parte que Estados Unidos está desarrollando planes para comprar acciones de instituciones financieras si es necesario para detener las turbulencias del mercado. Los analistas, sin embargo, no quedaron convencidos de la eficacia del G7.
“Los mercados quieren más garantías de que habrá un respaldo mundial unido a los bancos, pero hasta ahora no se escucha eso”, afirmó Kim Rupert, director gerente de renta fija mundial de Action Economics LLC en San Francisco.
El jefe de deuda latinoamericana de Ideaglobal, Enrique Alvarez, también se mostró decepcionado por el comunicado del G7. “Creo que tienen que tener un compromiso más fuerte para encarar la paralización de los mercados de créditos y la absoluta falta de confianza del mercado en el liderazgo de los gobiernos del G7”, dijo Alvarez.