La Audiencia Provincial celebrará juicio por el caso del Clan familiar Altimasveres, en el que la Fiscalía solicita penas de cárcel por presunto tráfico de drogas (sobre todo heroína, cocaína y hachís), después de que, hoy, fuera imposible que Fiscalía y defensa alcanzaran un acuerdo.
La vista previa, en audiencia pública, ha congregado un inusual número de agentes policiales y público y, en ella, la defensa ha explicado que no había sido posible un acuerdo porque no están conformes ni con los hechos ni con las penas. El juez de la Audiencia ha explicado, entonces, que se hacía necesario “encontrar un hueco para señalar” un juicio que se alargará durante un mes dada la cantidad de testigos (alrededor de setenta).
Tras la sesión, los acusados que están en prisión preventiva (ocho) han vuelto a la cárcel acompañados de la Policía Nacional y arropados por las señales de cariño (besos lanzados y sollozos) que lanzaba el público. Hay otros ocho acusados que están en libertad.
El juicio es el resultado de la operación 'Gelatina-Obelix' contra el tráfico de drogas, que se desarrolló en los barrios de Yagüe y Varea de Logroño, y en Villamediana, a primera hora de la mañana del 12 de diciembre del 2013. Tras ella, el delegado del Gobierno, Alberto Bretón, consideró desarticulada la “cabeza” del clan.
Para el Fiscal estos hechos son constitutivos de un delito de grupo criminal y varios contra la salud pública. En algunos de ellos concurre la circunstancia agravante de reincidencia. Por ellos, solicita más de noventa años de cárcel para todos; con penas que van desde el año y seis meses de prisión a los cinco años y seis meses para cada uno. Además, como multa pide 75.000 euros, 5.000 euros a cada acusado.
Apunta, además, que esta actividad era la única fuente de ingresos de dicho clan familiar, por carecer todos ellos de actividad laboral legalmente remunerada. Los acusados se prevalían de sus lazos familiares para realizar dicha actividad ilegal y entre ellos se procuraban el abastecimiento de las sustancias para atender la permanente demanda.
El grupo, según la información de Bretón, adquiría grandes cantidades de droga, principalmente heroína, en diferentes provincias españolas. Una vez la procesaban y adulteraban para multiplicar la cantidad y los beneficios, la distribuían entre pequeños traficantes y heroinómanos de La Rioja, Navarra, Álava y Soria.