El Real Madrid se impuso con máxima autoridad a un Valencia (1-5) sensiblemente afectado por los últimos acontecimientos en su banquillo, reafirmando su liderato al frente de la Primera División y ganando nuevamente crédito, ese que fue dilapidando desde su anterior goleada en tierras valencianas, ante el Villarreal.
En una de las mejores versiones del equipo blanco esta temporada, potenciada por el desbarajuste defensivo de un Valencia calamitoso en la zona ancha, los de Schuster agarraron con fuerza el timón de la Liga, en la que a priori era una de sus salidas más comprometidas y que resolvió en media hora de juego.
De hecho lo hizo antes, a los cuarenta y siete segundos, en una excelente salida desde el fondo de Gago, un rápido movimiento de Robinho de acercamiento al área y un disparo pleno de intención de Raúl desde la frontal.
El capitán, en un tanto de precisión, aireaba los primeros problemas para el Valencia, que se encontraba con una apuesta valiente de Oscar Fernández, pero sin peso en la medular. Una misma zona en la que Schuster probó con Diarra y Gago, dejando a Sneijder en el banco.
EL MEJOR FÚTBOL BLANCO DE LA TEMPORADA
Y el Real Madrid canalizó el fútbol mejor que nunca esta temporada. Diarra y Gago oxigenaban con precisión, y por delante de ellos Guti aparecía con su tiralíneas. El zurdo asistió a Van Nistelrooy a los diez minutos, pero el holandés erró. No lo haría unos minutos después, ganándole la pugna a Helguera, y con un sombrero sobre Hildebrand situaría el 2-0.
El partido estaba definido porque el Valencia era una caricatura de ese equipo aguerrido y esforzado cuando le visitan los blancos. Y el Real Madrid siguió tejiendo fútbol y goles, dos más antes del descanso, gracias a un disparo espectacular de Sergio Ramos y a otro de Van Nistelrooy en el área pequeña.
Los aficionados ché, anestesiados ante la incertidumbre con la que asisten al nuevo rumbo de su equipo, bajo las órdenes del holandés Ronald Koeman, se marcharon incluso antes del descanso, horrorizados por un marcador demasiado abultado para el orgullo valencianista.
El segundo acto derivó en un lance sin intenciones, con un Real Madrid que disfrutaba de la posesión y un Valencia que tampoco puso demasiado empeño en lavar su imagen. Los tantos, anecdóticos, de Angulo para los locales y de Robinho para los madridistas, y es que el carioca sigue acumulando méritos.
Tan poca trascendencia le quedó al choque que Óscar Fernández ofreció oportunidades para Vicente y Mata, ex madridista, y Schuster aportó descanso a Sergio Ramos y Van Nistelrooy, rodó a Heinze, lesionado en las últimas semanas, y repartió minutos para Baptista.