El AC Milan arrolló (2-4) a Boca Juniors gracias a la sobresaliente actuación de la pareja Kaká-Inzaghi, autora de tres de los goles, y conquistó el Mundial de clubes que ha finalizado en Yokohama (Japón) para convertirse en el primer club en alcanzar los cuatro entorchados intercontinentales.
El conjunto italiano salió al encuentro volcado sobre la meta del argentino Caranta que, a punto estuvo de ver el primer gol en las mallas cuando apenas se había cumplido el minuto 5. Sin embargo, el disparo de Phillipo Inzaghi, tras un gran pase al hueco de Clarence Seedorf, salió excesivamente cruzado junto al palo.
Por su parte, Boca Juniors trataba de sacudirse la presión 'rossonera' con salidas a la contra buscando la meta de Dida, que tuvo su primer sobresalto a los 20 minutos en un disparo flojo y centrado de Martín Palermo en el minuto que atajó el brasileño sin problemas.
El ritmo del partido, que hasta ese momento pasó siempre por las botas de Andrea Pirlo, fue en aumento. No en vano, en la siguiente jugada (minuto 21) una internada de Kaká se topó en un defensa xeneize, pero el rechace volvió a los pies del brasileño que, con una calma desconcertante, supo ver la llegada en el segundo palo de Inzaghi que a placer marcó el primero para los italianos.ç
Sin tiempo para digerir el gol en contra, Boca Juniors sacó en corto un córner desde el flanco izquierdo que Morel Rodríguez colgó de manera precisa al primer palo, donde el internacional Rodrigo Palacio apareció libre de marca para batir a Dida de cabeza. Corría el minuto 22 y la igualada volvió al marcador.
Tras los dos zarpazos de ambos equipos, los equipos decidieron mantener las distancias. Pirlo durmió el partido para evitar un correcalles, consciente de que el intercambio de golpes podía favorecer a los argentinos.
Así las cosas, antes del descanso las únicas noticias reseñables llegaron en un posible penalti sobre Ambrosini en el minuto 41 cuando intentaba rematar un saque de esquina y en la pegada del incisivo Nery Cardozo, que trajó en jaque a la defensa milanista.
A la vuelta de vestuarios, el Milan volvió a meter una marcha más a la final y los frutos no tardaron en llegar. De este modo, los italianos sacaron petróleo por segunda vez de una jugada a balón parado. En esta ocasión, fue una falta lateral botada en el minuto 50 que Ambrosini no acertó a rematar. Sin embargo, el despeje de Paletta sirvió en bandeja el esférico a Nesta, incorporado al ataque, que no perdonó a bocajarro.
Pese a encontrarse otra vez en desventaja, los de 'La Bombonera' no perdieron la cara al encuentro y pudieron responder en el minuto 59 con la igualada, como sucedió en la primera mitad, por medio del ex enpanyolista Hugo Ibarra. El lateral diestro lanzó un disparo seco desde fuera del área que se estrelló en la cepa del palo con Dida ya batido.
LOS DE ANCELOTTI, LETALES EN EL CONTRAGOLPE
Con la placidez de su superioridad en el marcador, el Milan optó por agazaparse atrás y fiarlo todo al mortífero arsenal de sus puntas. Sin duda, una gran decisión para un equipo que cuenta con el flamante 'Balón de Oro'.
Y es que en el minuto 61, Kaká volvió a caer a una banda con el balón en sus pies. El brasileño aguantó a su marcador hasta dribrarlo y su centro-chut por la línea de fondo se topó con el cuerpo de Caranta, que no acertó a quitarse de encima el esférico, que rebasó mansamente la línea de gol.
Tan sólo diez minutos más tarde, el enésimo contragolpe de los milanistas dio la puntilla definitiva a Boca Juniors. En una jugada que los de Ancelotti hacen de memoria, el holandés Seedorf lanzó la contra con un pase largo a Kaká, que tiró de nuevo de generosidad para que Inzaghi colocara el cuarto.
A pesar de la manifiesta superioridad del Milan, el duelo no cayó en el aburrimiento. Palermo pudo recortar distancias de cabeza y Kaká también tuvo a su alcance el segundo en su cuenta particular. Además, la expulsión de Kaladze, primero, y más tarde de Ledesma, ambos por roja directa, dejaron a los dos conjuntos con diez jugadores.
Sin embargo, la única variación en el marcador final llegó a falta de cinco minutos para el final, cuando los de Miguel Ángel Russo maquillaron el resultado (2-4) con un gol en propia meta de Ambrosini que desvió a las mallas un remate de Ledesma tras un gran parada de Dida.