Amigos, escritores, poetas, y distintas personalidades del mundo de la Cultura acudirán mañana al Crematorio de La Almudena para dar el último adiós a Ángel González. El deseo del poeta es que sus cenizas fueran trasladadas a Oviedo, su ciudad natal.
González, que falleció en la madrugada del viernes, a los 82 años de edad, tras sufrir una crisis respiratoria, es considerado como uno de los grandes poetas de la segunda mitad del siglo XX y era uno de los últimos supervivientes de la llamada 'Generación del 50' junto a poetas como Caballero Bonald o Francisco Brines.
Su viuda Susana Rivera recibió ayer en el Tanatorio del Parque de San Isidro la visita de los amigos y compañeros de profesión del poeta que destacaron su personalidad “entrañable” y sus versos “cercanos al pueblo” tamizados por la dura experiencia vivida durante la guerra y la posguerra.
LENGUA PUNZANTE Y RICA
En este sentido, el ministro de Cultura, César Antonio Molina, destacó sus versos “cargados de humor e ironía, escritos con lengua punzante y muy rica”. “Atravesó la última mitad del siglo XX, una época dura y larga y la supo narrar perfectamente y, a la vez, protestar por la falta de libertad”. “Era uno de los grandes poetas de la 'Generación del 50' junto con Ángel Valente o Claudio Rodríguez”, declaró a su salida del Tanatorio.
Angel González Muñiz era académico de la Lengua y fue galardonado en 1985 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y con el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996. Por su parte, el director de la RAE, Víctor García de la Concha, destacó la cercanía de los versos de Ángel González con el pueblo y resaltó que era un poeta “con muchos ecos de la tradición literaria”.
La poesía de Ángel González ocupa, casi por entero, la segunda mitad del siglo veinte. Su primer libro, 'Áspero mundo' se publicó en 1956 y en los últimos meses había escrito, “con mucha ilusión”, nuevos poemas para el que sería su próximo libro, según declaró a Europa Press, su amigo y compañero, Luis García Montero.