Todos los ojos están puestos en Japón, en la localidad de Fukushima donde está ubicada la central que ha sufrido más daños por el terremoto que sacudió el país nipón el pasado 11 de marzo. La explosión de varios reactores de la central provocó un aumento de radiación a la atmósfera tras un incendio en el interior de la central. El peligro para la poblaciones más que evidente ya que se ha evacuado a todos sus habitantes y se ha declarado una zona de exclusión aérea de 30 kilómetros.
Las consecuencias medioambientales pueden ser terribles y a pesar de que la Organización Mundial de la Salud asegura que no existe peligro para la población gracias a los planes de evacuación que se han llevado a cabo, el temor a las radiaciones nucleares ha llevado a muchos ciudadanos nipones a abandonar no solo las zonas próximas a Fukushima sino incluso el país.
Las centrales nucleares siempre han estado envueltas en polémica. Una polémica muy cercana a La Rioja ya que a unos 30 kilómetros de distancia de algunas poblaciones riojanas se encuentra la central nuclear de Santa María de Garoña, en la provincia de Burgos. El Gobierno central planea su cierre en 2013 aunque con la nueva legislación sobre el plan de ahorro energético se deja la puerta abierta a una moratoria de este cierre.
Grupos ecologistas como Greenpeace o Ecologistas en Acciones llevan mucho tiempo reivindicando el cierre de Garoña. Y de hecho, Concha Hernani, portavoz de Ecologistas en Acción de La Rioja, cree que la terrible situación que se está viviendo en Japón ha servido para hacer reflexionar a la población y a los poderes políticos de los peligros que entraña mantener en funcionamiento las centrales nucleares.
“Garoña y Fukushima son centrales mellizas” apunta Hernani, “comenzaron a funcionar con una diferencia de dos meses. Es el mismo modelo de central, el mismo modelo de reactor y la misma potencia. No es casualidad que Fukushima haya sido la primera en sufrir los mayores daños tras el terremoto. Este tipo de centrales nucleares tiene un sistema de seguridad inferior al que hoy en día se considera necesario y se hizo así para ahorra, por una cuestión económica”.
Sin embargo, Antonio Corderó, director de comunicación de la Central Nuclear de Santa María de Garoña, asegura que es una central segura y que está sujeta a todos los criterios de peligrosidad para adaptarse según las características de ese peligro. “Tenemos planes de prevención y también planes de actuación coordinados con Protección Civil en caso de accidente” apunta Corderó,
Desde Ecologistas en Acción se insiste en que Garoña es una central de riesgo ya que tiene “problemas serios como una corrosión intergranular” en su interior y que los planes de evacucación solo incluyen unos 10 kilómetros a la redonda mientras en Fukushima ya son 30 kilómetros.
Corderó, por su parte, asegura que los planes de evacuación están sujetos a los niveles de alerta y que el Consejo Nacional de Seguridad Nuclear toma las decisiones oportunas en cada momento. “En la planta de Garoña estamos actuando con unos parámetros de seguridad adecuados y la situación de Japón no es comparable a cualquier instalación nuclear que pueda estar operando en el mundo”.
GAROÑA CONTRA GAROÑA
En Garoña trabajan unas 700 personas, algunas de ellas viven en esta pequeña localidad, pedanía del Ayuntamiento del Valle de Tobalina.
En total conviven unas personas y el alcalde pedáneo de Garoña, Aitor Rodríguez, insiste en que la población está tranquila. “Somos conscientes de que lo que ha ocurrido en Japón se ha debido a un terremoto, estamos tranquilos” asegura Rodríguez al tiempo que advierte que la gran mayoría de los habitantes de Garoña están a favor de mantener la central y son muy pocos los que están en contra de cerrarla “casi todos son de fuera”.
Rodríguez lleva viviendo en Garoña desde hace 34 años y asegura “vivir muy bien” al tiempo que recuerda que la central “no tiene nada que ver con Japón que allí ha habido un terremoto, no ha sido un fallo de la central”.
Aún así, el colectivo de Ecologistas en Acción ha convocado una concentración mañana a las 19.00 horas en el puente de Piedra de Logroño para mostrar la solidaridad de los ciudadanos logroñeses con los japoneses y reivindicar el cierre de la centra nuclear de Garoña.