“El prejuicio de que las ciencias son para chicos lo tienen tan asumido... Que vean que hay mujeres en todas las ramas”

Rioja2

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En la actualidad, menos del 30% de los investigadores de todo el mundo son mujeres. Según datos de la UNESCO (entre 2014 y 2016) solo tres de cada diez alumnas escogen estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (las conocidas como STEM).

Por eso, en este 11 de febrero, se conmemora a nivel mundial el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con el objetivo de continuar derribando todas aquellas barreras que impiden la plena participación femenina en este ámbito de la sociedad.

Especialmente, las barreras culturales. Aún hoy, la matrícula de estudiantes femeninas es muy baja en en tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), con un 3%; ciencias naturales, matemáticas y estadísticas (5%), y en ingeniería, manufactura y construcción (8%).

Construir referentes femeninos es vital para revertir esta estadística. Y desde la Universidad de La Rioja se han puesto manos a la obra a través de una serie de charlas en los centros educativos en los que investigadoras de diferentes ámbitos comparten sus experiencias con los niños y adolescentes.

Rioja2 ha charlado con cuatro de estas investigadoras sobre los avances para la incorporación de las mujeres al ámbito científico y sobre lo que queda por hacer todavía en este sentido.

- Rocío Fernández, investigadora del Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV), dentro del grupo de Biotecnología Enológica. “Investigamos los microorganismos responsables de la elaboración del vino”, cuenta en sus charlas a los estudiantes de colegios e institutos riojanos.

- Isabel Ilzarbe, investigadora predoctoral del Departamento de Ciencias Humanas. Medievalista, investiga “sobre el proceso de creación de memoria histórica”. “Paralelamente hago trabajos sobre conservación de manuscritos medievales aplicándoles fluorescencia a través de luz ultravioleta, infrarrojos, imágenes digitalizadas...”, explica.

- Montserrat Mendoza, profesora del Departamento de Ingeniería Eléctrica. “Investigamos sobre energías renovables, impacto visual de las plantas solares, etc. Y también en tracción eléctrica de vehículos”, detalla.

- Ana Romero, profesora del Departamento de Matemáticas y Computación, “concretamente en una de las áreas de Informática, donde trabajamos en distintos programas y aplicaciones, por ejemplo para cálculo científico y análisis de imágenes”, subraya.

¿Vosotras también encontrasteis barreras a la hora de acceder a la carrera de investigadoras por el hecho de ser mujeres?

Rocío: “Yo seguí mi motivación, que al final es lo que hay que tener para progresar en la ciencia y la verdad es que por género no he tenido ningún tipo de barrera. Creo que eso hoy ya se está eliminando”.

Montserrat: “Yo cuando acabé la carrera de Ingeniería sí que, al empezar a hacer entrevistas, en alguna empresa se notó mucho y salía diciendo aquí no me cogen, por algunos comentarios bastante machistas.

Lo que pasa que luego empecé en la Universidad y estoy encantada. Yo soy la única mujer de mi área y no tengo ningún tipo de discriminación, todo lo contrario. Lo que sí es verdad que en la carrera no entran apenas mujeres“.

¿Y a qué lo atribuís?

Montserrat: “Es la educación desde pequeños, se ve como que una ingeniería es un trabajo para hombres. Ahora esto ha cambiado. No podemos decir que tenemos muchas mujeres, porque no es cierto, pero sí que hay porcentajes bastante más altos”.

Rocío: “En contraste, en nuestro departamento somos mayoría mujeres. Pero es verdad que respecto a las ingenierías hay como un prejuicio de que solo son para hombres”.

Ana: “Yo creo que es también una falta de referentes, que es lo que se intenta arreglar con estas iniciativas. Que vean que hay mujeres en todas las ramas. Porque si nunca las han visto... En informática, por ejemplo, hay muy pocas chicas, es verdad”.

Isabel: “Lo tienen tan asumido en el nivel cultural... Por ejemplo en mi caso y, en general, en las humanidades. Cuando les dices 'imagínate un historiador', piensan en un señor mayor, pero siempre un hombre. Es muy difícil que se imaginen a una mujer que esté realizando ese trabajo.

Es algo que está tan tan metido a nivel cultural que cuesta un poco superarlo, pero creo que poco a poco se ve que la tendencia está cambiando. Por ejemplo, en ciencias humanas ahora mismo no estamos al 50/50 en el doctorado ni en las primeras etapas de la carrera investigadora, pero sí que es un porcentaje muy cercano a la paridad“.

Rocío: “Probablemente hay ciencias que sí parecen dar el 'perfil' para mujeres, pero creo que el conocer todas las posibilidades y ver que ha habido científicas importantes en todas las ramas ayudará a las niñas a tomar una decisión más consciente”.

Cuando vais a los centros educativos, ¿los alumnos conocen ya a alguna científica o investigadora?

Ana: “Yo sí que he visto que a veces les cuentas historias y ya las han oído antes. Es verdad que no conocen muchas científicas, pero por ejemplo sí saben que Marie Curie tuvo problemas para que le dieran el Premio Nobel por ser mujer, que fue su marido el que exigió que se le diera... Así que sí se está intentando arreglar este problema desde los colegios, o al menos en algunos”.

Isabel: “Por lo que he visto, sí que hay más interés entre las chicas por las carreras de ciencias, pero la cuestión es si, una vez que terminen esos estudios, van a querer dedicarse a ciencia propiamente o a otro tipo de actividad. Por ejemplo en mi ámbito, la gente cuando entra a la carrera tiene vocación pero pensando en la docencia.

Es como que desconocen que hay una vía dedicada a la investigación y que también pueden optar por ella si les gusta y ven que lo pueden hacer bien. Quizá en nuestra rama el reto es más animar en esa vía, para que una vocación investigadora pueda desarrollarse. Dedicarse a la docencia es encomiable, claro está, pero también hay ahí talento para la investigación que se pierde poco a poco“.

Ana: “De todas formas, es el tercer año de este programa de charlas y la verdad que ha tenido un éxito tremendo”.

Rocío: “Es muy interesante hacer conocer la realidad a los niños y niñas, para que elijan en consecuencia y con toda la información en su mano”.

¿Y os piden consejo sobre qué estudiar o lo que van a encontrar en el futuro si optan por una carrera científica?

Ana: “Sí, a mí en los institutos me dicen que tienen dudas de qué carrera elegir, que si pueden hacer algo de ciencias aunque no les gusten las matemáticas, o que tienen dudas entre varias”.

Rocío: “Al final lo que siguen es un referente o esa motivación de algo que han visto. Así, si nos conocen a nosotras o a alguien del ámbito científico y extraen de ahí la información, serán más críticos y sabrán elegir mejor”.

Ana: “O también te preguntan, '¿tú tuviste claro lo que querías ser?' Les digo que yo me cambié de carrera y no pasa nada”.

Isabel: “Es verdad que sobre todo te dicen si tenías claro desde el principio que querías meterte a hacer esto. En mi caso lo tenía claro. Pero también en mi entorno, no es que no lo viesen bien, pero te desanimaban un poco, en plan es que es muy difícil, vas a tardar mucho tiempo... Me metí por otra rama y al final aquí estoy”.

Rocío: “Yo animaría a que no se queden solamente en que vas a trabajar de eso o lo otro. Que sí es fundamental, pero siempre basado en la motivación o la curiosidad que tengan inicialmente los chavales, porque estudiar es duro y si no hay motivación...”

¿Qué es lo que más les sorprende a los alumnos cuando les decís que sois científicas?

Ana: “Todo (ríe). Desde que no lleves gafas ni vayas despeinada, a que no todos los investigadores lleven bata... Se imaginan a Einstein, vaya”.

Rocío: “Por eso, un referente”.

Ana: “Se imaginan a uno solo en el laboratorio, trabajando 24 horas al día...”

Isabel: “En mi caso les choca sobre todo que descubramos cosas nuevas. Para ellos la historia está totalmente escrita y hay que explicarles que tú descubres algo diferente, las formas en que lo trabajas, que no solamente es sentarte a leer libros antiguos, sino que tienes muchísimas técnicas que aplicas para ver cosas que nadie había visto y que eso puede cambiar todo el relato que se había hecho antes. En definitiva, que de verdad se puede hacer una labor de investigación en este ámbito”.

¿Y percibís en las chicas esa sensación o miedo de no estar suficientemente capacitadas para optar por estudios de ciencias? ¿Cala ese prejuicio?

Rocío: “Creo que ellas no piensan que estén menos capacitadas, sino que simplemente se quedan en que las ingenierías son de chicos. En ese prejuicio”.

Montserrat: “Quizá también se encuentran más incómodas al elegir una carrera como ingeniería, se piensan que van a entrar ahí y van a estar descolocadas. Y luego es todo lo contrario, porque las alumnas que hay están muy integradas, no tienen ningún problema... Y en el aspecto laboral, hoy en día, las que salen nos las quitan de las manos las empresas. Yo animaría a que estudien ingeniería, si les gusta, porque además la salida profesional es buenísima”.