El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha instado este martes a los líderes de los países de Asia Central a que resuelvan sus disputas sobre el uso del agua, que amenaza a la estabilidad política de la región.
El reparto del agua es un asunto espinoso en Asia Central, una de las regiones más secas del mundo, en el que 60 millones de personas viven de cultivos como el de algodón. Este asunto ha enfrentado a países como Uzbekistán y sus vecinos Kirguistán y Tayikistán, de cuyas montañas emanan la mayoría del agua que riega Asia Central.
En su visita a Tayikistán, Ban ha pedido a los responsables de los países centro asiáticos que resuelvan sus problemas mediante el diálogo. “Sea petróleo, gas natural o agua, estos recursos naturales deben de usarse de manera justa, respetando los intereses de los países vecinos”, indicó Ban.
“Es una responsabilidad colectiva de todos los líderes de Asia Central y de la comunidad internacional. Necesitamos sentarnos y resolver estos asuntos”, añadió.
Este año Tayikistán, la nación más pobre de la antigua Unión Soviética, anunció un plan valorado en 1.400 millones de dólares (1.044 millones de euros) para finalizar la construcción de la planta hidroeléctrica de Rogun. El Gobierno tayiko espera que esta presa pueda resolver sus problemas crónicos de falta de energía.
Este plan ha airado a los cultivadores uzbekos de algodón, que tiene miedo de que se interrumpa el suministro de agua a sus campos. A Uzbekistán también le preocupa las ventajas que podrían obtener Tayikistán y Kirguistán si controlan sus flujos de agua a través de nuevas centrales hidroeléctricas como la de Rogun.
Al abordar este tema, el secretario general de la ONU resaltó lo importante que es esperar a la evaluación “independiente y objetiva” del proyecto llevada a cabo por el Banco Mundial, que se espera para finales de este año. “Todos los dirigentes, de Tayikistán y Uzbekistán, deben respetar el resultado final de esta evaluación técnica por parte del Banco Mundial”, subrayó Ban.