El Rincón del Buen Decir: parecidos razonables

Rioja2

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Todo el mundo recordará aquella famosa frase que Sofía Mazagatos soltó en una entrevista haciendo gala de una magnífica cultura al mencionar que un conocido torero estaba “en el candelabro”, en lugar de utilizar la expresión “en el candelero”, que significa 'estar en circunstancia de poder o autoridad, fama o éxito', según el Diccionario de la Real Academia.

No es la única que ha cometido equivocaciones de este tipo, diciendo una cosa cuando realmente quería decir otra, cambiando palabras clave de expresiones populares, haciéndolas propias. Los focos, las cámaras y los directos deben turbar la palabra de los famosos ya que es de ellos de quien más expresiones hemos recogido para elaborar el Rincón de esta semana que, por si no lo han adivinado, va de parecidos razonables, de esas palabras que se parecen a las que queremos usar pero que no son las correctas.

Bien por el cruce de dos palabras que vienen a la mente a la vez o por cambio total del término, en la “jet set” hemos recogido, gracias a varias páginas de internautas, numerosas frases en las que se observa este fenómeno tan extendido en el mundo de la farándula. Desde el Rincón del Buen Decir intentaremos analizar y dar sentido a alguno de esos ejemplos.

Me contaba una amiga, hace pocos días, una pequeña anécdota sobre un entrañable abuelillo. A modo de chascarrillo narraba cómo el protagonista de la historia creía tener alucinaciones al encender una lámpara que tenía en casa, pues en vez de hablar de la lámpara halógena, el inocente abuelillo la llamaba la “lámpara alucinógena”.

¿Quién no ha tenido un “lapsus” y ha mandado “enderezar” una ensalada en vez de aderezarla, o “alinearla” en vez de aliñarla? El verbo enderezar recoge en su definición una entrada en la que se muestra la definición 'aderezar, preparar, adornar' como una forma anticuada de uso. En cuanto a los verbos alinear y aliñar, este último procede de “a” y el latín “lineare”, 'poner en línea', la misma definición que recibe el primer verbo.

Una de las frases populares que con más frecuencia sufre variación es la que utilizamos cuando estamos en un aprieto y que nos coloca “entre la espada y la pared”. Quizás debido a un cruce entre éste y otro dicho popular como “más pecho que espalda”, el caso es que no es difícil escuchar a alguien decir que está entre la “espalda y la pared”.

Pero vayamos directamente a los parecidos razonables de nuestros famosos más conocidos, esos deslices lingüísticos que por causas como la presión de los periodistas o la tensión ante las cámaras sueltan, quedándose “más anchos que largos”, y que permanecerán para la posteridad entre nuestras frases más célebres.

Sofía Mazagatos empezó por el candelabro y no paró de soltar parecidos razonables por doquier. Cuando le hablaban de sus relaciones amorosas, por ejemplo, argumentó, como quien no quiere la cosa eso de “todavía no he encontrado la hormona de mi zapato”, en lugar de decir que no ha encontrado la horma de su zapato, aunque no sé yo si considerar la horma del zapato a tu pareja es muy romántico. Emulando a un ave pronunció “se me ponen las plumas de gallina”, en vez del dicho “se me pone la piel de gallina”, no sabemos si llevar tantas plumas en las pasarelas le afectó en su comentario. Además, ya sea por su forma redondeada o por el parecido de su nombre, a Sofía el pomo de una puerta se le asemejaba con el pómulo de la cara al soltar “el pómulo de la puerta”.

Pasemos a nuestra segunda protagonista, Yola Berrocal. Entrevista que hace parecido razonable que encontramos. Hablando de su gran familia, la que pretendía ser alcaldesa de Marbella, contestó al periodista “tengo un árbol ginecológico muy grande” cuando realmente quería decir genealógico. En lugar de bochorno, en un día de calor, nuestra cantante, modelo y demás profesiones televisivas, suspiró “qué calor hace, que soborno tengo” y no, no la querían secuestrar . Además, el día que hubo viento en su ciudad, no eran ráfagas, sino “garrafas” lo que corría por las calles. Para terminar con nuestra chica 'Sex boom' vemos un refrán al que le dio la vuelta totalmente. Y es que, si cuando algo va a molestar a alguien le decimos “el que se pica ajos come”, Yola amenizó la velada de cuantos la escuchaban al decir “el que pica ajos se los come”, y tanto, ¿por qué no se los va a comer si le gustan?

La presentadora Terelu Campos tiene también varias frases en las que el lenguaje le jugó una mala pasada. Hablando de un accidente, por ejemplo, aseguró ante los medios que el agente “levantó apestado del accidente”. No, queridos lectores, no nos hemos confundido nosotros, realmente cambió la palabra atestado por la de apestado, como si lo accidentado hubiese sido un camión de basura. Más sonoro y vistoso fue aquel gazapo que los programas especializados cazaron al decir “la aspirina fluorescente es más eficaz” en lugar de aspirina efervescente. Aunque teniendo en cuenta que según ella toma “cláusulas para la tos”, en vez de cápsulas, y que sufre “cólicos frenéticos” en vez de nefríticos, no es de extrañar que cometa errores de este tipo.

'La más grande' de España, Rocío Jurado, también tuvo sus deslices lingüísticos hablando con los medios. Adulaba a su marido por querer ir bien “alicatado”, quizás por eso de “ir hecho un pincel”, de brocha gorda en este caso; presumía de tener un “reloj inexorable” en vez de inoxidable; también presume de chalet, aunque el suyo en vez de ser adosado es “acosado”, quizás un cruce mental con la situación que vivía acosada por la prensa del corazón; y tergiversó la frase “llovía tanto que parecía el Danuvio Universal”, entendiendo que quería decir Diluvio Universal.

Como han visto, queridos lectores, son muchos los cruces que pueden darse en la vida diaria. Nosotros hemos recogido ciertos errores léxicos que buceando por Internet nos han resultado curiosos, pero seguro que en sus vidas cotidianas se han topado en algún momento con parecidos razonables de este tipo. Si tienen alguno que les gustaría apuntar, no duden en mandar su comentario