El sindicato CSI-CSIF cree que el 29-S llega con “dos años de retraso”

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El sindicato CSI-CSIF ha indicado que convocatoria de huelga del día 29 de septiembre, se produce con “dos años de retraso”. Han afirmado que “no se quiso dar una respuesta contundente en 2008 cuando se generalizaron los ERE en toda España afectando a cientos de miles de trabajadores, sino ahora cuando los daños producidos por la errática política económica del Gobierno resultan, en algunos casos, irreparables”.

El sindicato ha señalado que “no puede volver a pedir a los Empleados Públicos un nuevo esfuerzo. Ya lo hizo el mismo día en que el presidente del Gobierno anunció ”el incumplimiento del acuerdo del 25.09.09 y del Pacto de Toledo con el consiguiente recorte de salarios de los Empleados Públicos y un empeoramiento objetivo y cuantificado de sus condiciones de trabajo, así como la congelación de las pensiones. Entonces, ante una situación de recorte de derechos, sin precedentes en la España democrática, convocó una huelga en la Función Pública

Tampoco aprobamos que la convocatoria “se realice haciéndola coincidir con las movilizaciones -que no huelgas- de los sindicatos europeos, desvirtuando la realidad y la problemática de la situación española, a la vez que difuminando la protesta y el malestar contra el Gobierno de España”.

Por otra parte, “son confusos los mensajes de los sindicatos convocantes”. “No sabemos si es una huelga contra el Gobierno, o contra su política económica, o contra la reforma laboral o contra la oposición o contra los empresarios”, y “se olvidan de los principales problemas que afectan a nuestro país, como el del paro y la deuda pública”.

Es evidente y notorio que España necesita, “de forma urgente y perentoria, una Reforma Laboral profunda que posibilite relanzar el empleo y que además modernice nuestra legislación y la adapte a las nuevas realidades económicas, de forma que se propicie un crecimiento sostenido de la economía y haga viables nuestras empresas sin detrimento de los derechos de los trabajadores”.

En definitiva, aunque “no nos guste la reforma laboral aprobada, por tardía, parcial e insuficiente, no podemos apoyar una huelga que contiene un gran componente político, que está convocada fuera de tiempo, que significa un nuevo esfuerzo y quebranto económico a los trabajadores y que no tiene posibilidad de resolver los problemas actuales”.