Los dos conjuntos se plantaron en el terreno de juego con esquemas similares, apoyados en un único punta nato que, en el caso sevillista, era Luis Fabiano, con Renato en la mediapunta, mientras que los locales confiaban sus tareas ofensivas al congoleño Mbokani apoyado por el extremo zurdo serbio Jovanovic. Así las cosas, la que sería primera y única llegada andaluza en el primer periodo corrió a cargo de Konko en el minuto 18, aunque el portero rival, bien colocado, rechazó el posible 0-1.
La táctica belga estaba clara, con robos de balón seguidos de ataques ràpidos, y faltas tácticas para frenar las salidas del ataque sevillista. Pero los de Manolo Jiménez estaban también atentos para presionar arriba, dificultando la salida desde atrás del Standard, y obligándoles a un fútbol menos dinámico, aunque en el minuto 18 el brasileño De Camargo avisaba, de cabeza, por primera vez a Palop.
Poco a poco el dominio terminó por ser del Standard, que a punto estuvo de marcar con un taconazo Mbokani en la línea de gol que se marchó a córner, aunque lo cierto era que la defensa blanquirroja tampoco pasaba demasiados apuros. Se echaba de menos la velocidad desbordante de aquel Sevilla arrollador de Juande Ramos. Pero este equipo de Jiménez es otro. Maresca jugaba andando, Navas lo intentaba sin poder, Renato no aparecía y Luis Fabiano parecía estar aún pensando en su expulsión del pasado domingo, ante el Valladolid en Liga.
Por lo tanto, a pocos extrañó que en el minuto 37 un doble error, de Maresca primero y Escudé después dejara una 'autopista' hacia el gol, para que Mbokani fusilara a placer a Palop. Y por si quedaban dudas de los problemas que tiene el Sevilla en su medular, a renglón seguido Defour entró de nuevo por el centro y le puso un balón de gol a Witzel, que Palop salvó en una intervención providencial.
Con velocidad, físico y visión de juego, el Standard desnudaba las carencias de un Sevilla en el que, para colmo de males, sus fichajes Romaric y Konko no aportaban absolutamente nada. En fin, los hispalenses, superados en todas las líneas, todavía pudieron dar gracias de nuevo a su portero, al filo del descanso, porque Jovanovic, un auténtico bólido, sentó a Maresca y colgó una pelota sobre el área de Palop, que, por segunda ocasión en pocos minutos evitó el 2-0 ante De Camargo. En la reanudación, el Standard, tras el derroche físico realizado, dio un paso atrás y el Sevilla tuvo más llegada, ayudado también por la entrada de De Mul en el sitio de Romaric. Así, poco después Luis Fabiano tiraba, por fin, con sentido, y le tocaba ahora al portero Espinoza conjurar, con solvencia, el 1-1.
Pero el que asustó de verdad fue Jovanovic, con una falta a la que Palop respondió con otro paradón. El partido se animaba, y en la siguiente acción Navas, el mejor del Sevilla sin duda, colgaba una chilena sobre la portería belga, que Sarr sacó bajo palos cuando ya se cantaba la igualada.
En un toma y daca constante, el Sevilla se volcó al ataque en el tramo final del encuentro, obligando a Espinoza a lucirse en un chut desde la frontal de Maresca. Pero ahí acabaron las oportunidades de los sevillistas, incapaces, como ante el Málaga, como ante la Ponferradina, y como ante el Valladolid, de firmar un resultado distinto al de la derrota.