“El suicidio es el último acto de desesperación total”
La presidenta del Teléfono de la Esperanza, Magdalena Pérez, ha abogado este lunes por “hablar correctamente” del suicidio, “escucharnos y conocer los recursos de ayuda” como forma de “atajarlo”.
En declaraciones a Europa Press, Pérez ha señalado cómo existen “mitos” alrededor del suicidio y uno de ellos es que hablar de ello “empuja” a cometerlo.
“Pero es una creencia errónea, porque si no preguntamos no podemos ayudar y, si una persona está atravesando una situación crítica, hablar le da la posibilidad de desahogarse, sentirse escuchado y buscar recursos de ayuda”, ha relatado.
Sin embargo, “si no hablamos de ello, o lo hacemos de forma incorrecta no podemos trabajar en la prevención”, ha añadido al tiempo que ha considerado necesario dar a conocer los recursos que existen.
Bajo este contexto, el próximo martes, 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, se celebrará, en la Sala de Usos Múltiples del Ayuntamiento de Logroño, la jornada Juntos en la Prevención del Suicidio.
En ella, se presentará cómo se puede encontrar ayuda dentro del sistema público, y el sistema privado, qué redes de servicios sociales existen, asociaciones, el papel de las fuerzas y cuerpos de seguridad y de los medios de comunicación y del Sistema Educativo.
Durante los últimos años, ha explicado, se ha desarrollado un trabajo comunitario bajo el punto de vista de la prevención sanitaria y, también, “global, teniendo en cuenta otros sectores sociales, educativos, medios de comunicación, fuerzas de seguridad y afectados y familiares”.
En las jornadas hablarán sicólogos, Policía Nacional, recursos de emergencia del 112, representantes de medios de comunicación... y afectados, así como supervivientes (aquellos familiares de personas que se han suicidado).
Se trata de “poner cara y voz al Plan de Prevención y mostrar los recursos que hay, porque todos tenemos responsabilidad en la prevención”.
Así, ha explicado que el suicidio “no es una situación que se da de un día para otro, es el último acto de desesperación total, en el que la persona ni siquiera puede moverse para buscar ayuda”.
Ha añadido que “se pueden hacer muchas cosas” y “en muchos casos” el suicidio “se puede prevenir, haciendo un trabajo desde el principio, poniendo recursos de apoyo para situaciones de crisis”.
Así, ha indicado que en algunos casos hay detrás un trastorno de base, pero en otros se trata de una “crisis vital vivida, con un dolor emocional insoportable que no se puede pensar que se vaya a acabar”.
Dentro de la prevención, la presidenta del Teléfono de la Esperanza ha recordado que se ha desarrollado un programa piloto en centros educativos, con jóvenes de catorce años, basado en sus emociones y en la necesidad de detectar señales de alarma en su entorno.
En este sentido, ha destacado la necesidad de perder el miedo a “hablar con el de al lado”. El programa, que ahora se está evaluando, se continuará implementando en otros centros.
“Esto es un trabajo de años, pero ya hay recursos”, ha subrayado al tiempo que ha destacado la necesidad de “escuchar y ayudar”.
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