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El Supremo de EEUU rechaza el recurso contra la inyección letal

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El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó el jueves el recurso presentado contra el uso de la solución compuesta por tres drogas mediante la cual se ejecuta desde hace 30 años a los condenados a muerte mediante inyección letal.

Siete miembros del Supremo votaron a favor y dos votaron en contra de rechazar el recurso, presentado por dos presos de Kentucky condenados a la pena capital. Ambos alegan que el método de la inyección letal viola la prohibición constitucional de castigar a una persona de forma cruel y excepcional inflingiéndole un dolor y un sufrimiento innecesarios.

El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, declaró: “Estamos de acuerdo en que los peticionarios no han demostrado que el riesgo de experimentar dolor a causa de la mala administración de un protocolo permitido para humanos en la inyección letal y el no adoptar otras alternativas que no se han probado aún constituyan un castigo cruel y extraordinario”.

Quienes rechazan la pena de muerte mantienen que el preso ejecutado puede sufrir un dolor insoportable y a la vez no ser capaz de gritar si se le administra una dosis demasiado pequeña de la anestesia. Los estados norteamericanos comenzaron a usar el método del compuesto de tres drogas en 1978 como una alternativa a las forma de ejecución tradicionales --mediante la silla eléctrica, la cámara de gas, la horca o un disparo--.

Pero en los últimos años se han llevado a cabo ejecuciones mediante inyección letal calificadas de 'chapuceras' en Florida y California, en donde los presos tardaron hasta 30 minutos en morir.

Las ejecuciones en Estados Unidos se redujeron el año pasado a un mínimo de 42, una cifra que no se había registrado desde hacía trece años, y además se suspendieron temporalmente a partir el pasado septiembre, cuando el Tribunal Supremo admitió el caso presentado por los dos reclusos de Kentucky. La sentencia dictada hoy permite la reanudación de las ejecuciones.

DATOS SOBRE LA PENA DE MUERTE EN EEUU

En 1977, también tras una paralización provisional, se reanudaron las ejecuciones, que estuvieron prohibidas temporalmente hasta que en 1976 el Tribunal Supremo puso fin a la prohibición.

Desde entonces se han llevado a cabo 1.099 ejecuciones en el país, y el año en que más presos murieron con la autorización del Estado fue 1999, con un total de 98. Sin embargo, en 1978 y 1980 no se realizó ninguna ejecución. El año pasado fueron ejecutadas 42 personas en Estados Unidos, el número más bajo desde 1994, cuando la cifra se situó en 31.

En cuanto a la cantidad de personas condenadas a muerte, en 2005 fueron 128, la cifra más baja de las últimas tres décadas, mientras que 1996 fue el año en que más penas capitales se dictaron, concretamente 317.

La pena de muerte ha sido autorizada por 37 de los 50 estados del país, por el Gobierno y por el Ejército estadounidense. Texas es por un gran margen el estado en el que más se aplica la pena capital desde 1976, con un total de 405 ejecuciones, y le sigue Virginia, con 98.

El método de la inyección letal es al que recurren principalmente todos los estados excepto Nebraska, que utiliza la silla eléctrica. El compuesto que se suele utilizar está formado por tres sustancias químicas: el pentotal sódico --un anestésico que deja inconsciente al preso--, el bromuro de pancuronio --que paraliza todos los músculos excepto el corazón-- y el cloruro de potasio --que para el corazón, causando la muerte.

Esta misma semana, Aministía Internacional publicó un informe en el que coloca a Estados Unidos en el quinto puesto en la lista de países que más ejecuciones han practicado en 2007, por detrás de China, Irán, Arabia Saudí y Pakistán. Estos cinco países suman el 88 por ciento de las ejecuciones realizadas en el mundo.