Con el debate sobre la eutanasia continuamente sobre la mesa, cabe recordar que existe una fórmula para evitar que otras personas decidan por tí en el momento final. El testamento vital es un documento en el que las personas manifiestan su voluntad sobre los cuidados y los tratamientos que desean recibir o rechazar en el caso de que, por el deterioro irreversible de su salud, no puedan expresarlo ya.
Así se recoge en la Ley 41/2002 de Autonomía del Paciente, que determina que este documento recoja las decisiones sobre el final de la vida, evitando que se prolongue el sufrimiento por el uso de la teconología, facilita que las personas mueran en paz y con dignidad y promueve la conciencia social en general.
En La Rioja, en el año 2015, apenas seis de cada mil personas habían realizado el testamento vital, una cifra que, aunque todavía escasa, sitúa a esta comunidad en tercer lugar por detrás de Cataluña y País Vasco. Más de la mitad de las personas que lo solicitan son mujeres.
Los médicos de atención primaria pueden facilitar toda la información sobre este trámite, que se realiza cuando la persona está en plenas facultades para tomar decisiones y que sirve para evitar que otros tengan que hacerlo por ellos cuando ya no pueden hacerlo. Los documentos pueden solicitarse en el CARPA.
Este documento de Instrucciones Previas puede entregarse ante la Oficina del Registro de Instrucciones Previas de la Consejería de Salud, ante tres testigos identificados mayores de edad, al menos dos de ellos sin relación de parentesco hasta segundo grado ni estar vinculados por matrimonio ni tener relación patrimonial o ante notario.