Suena el silbato que anuncia que el tren va a salir. Son las diez de la mañana y los pasajeros ocupan sus asientos. Los más afortunados, quienes hayan escogido ventanilla, podrán disfrutar de los mejores paisajes que en septiembre ofrecen los viñedos. Desde Logroño hasta Haro, pasando por Briones, Cenicero, Torremontalbo... la paleta de colores pasa por el rojo vivo hasta el ocre más apagado.
El Tren-pranillo, el tren del vino, saldrá los días 6,7,13 y 14 de la estación de Logroño. Su destino es Haro. Pero el objetivo no es llegar sino viajar en el tren que recorre los principales pueblos del vino de La Rioja Alta. Además, la compañía de teatro Juan y Pinchamé escenificará la época decimonónica en los vagones. “Eran los años en los que el vino de Rioja se comenzaba a conocer y también la época del ferrocarril”, recuerda Diego Soyoa, director de la compañía, que junto al consejero de Agricultura, Íñigo Nagore, ha explicado en plena estación de tren, los promenores de este viaje enológico y cultural.
La cita ofrece, además del viaje en tren, una visita a cualquiera de las 8 bodegas de Haro: Bodegas Bilbaínas, CUNE, Gómez Cruzado, la Rioja Alta, Muga, Rioja Santiago, López de Heredia y Roda. Los viajeros también podrán conocer los secretos que encierra el Centro de Interpretación del Vino.
Una vez en Haro, los visitantes disponen de tiempo libre para conocer la ciudad y su gastronomía. El ayuntamiento de la ciudad ha fletado un autobús que llevará a los viajeros desde la estación hasta el centro del municipio y los devolverá de nuevo a la estación a partir de las cinco hasta las seis, ya que media hora después parte el tren de regreso a Logroño.
El precio del viaje es de 12 euros y pueden realizarse reservas para el Tren-Pranillo en la sede de La Rioja Calidad y en el télefono 941 51 25 71.
Esta actividad se enmarca dentro del programa “La Rioja y los Cinco Sentidos”.