El Valencia viajará a Madrid dentro de una semana con un gol en su zurrón, convertido por Silva, después de no poder doblegar aun más la resistencia de un esforzado Atlético, encomiable en el trabajo desde que se quedara con un jugador menos mediado el primer acto por la expulsión de Motta.
El equipo de Ronald Koeman, que ha ganado sus cinco partidos de Copa del Rey, no pudo obtener mayor renta pese a controlar en su mayoría un partido un tanto insípido, con un Atlético resignado a salvar el resultado y un Valencia impotente y sin chispa, pero que conservó al menos su portería a cero.
Aguirre repartió minutos a sus dos figuras. Agüero jugó de inicio y Forlán le sustituyó en el segundo acto, pero ninguno inquietó lo más mínimo a Hildebrand porque el Atlético no existió en ataque. Suficiente tuvo con contener un partido que se le puso en contra a los 26 minutos de juego por culpa de la expulsión de Motta, que no podrá jugar en el Calderón.
Sin Motta, y sin centrocampistas en el banquillo, el técnico obligó a Mista a retroceder su posición, y el Atlético ya no encadenó una jugada, ni siquiera por banda. Se le vio además lento y con peso extra en las piernas después de haber jugado el pasado domingo el derbi.
El Valencia tampoco fue mucho mejor, pese a que Koeman alistó un tridente de privilegio con Vicente, Silva y Villa. Eso sí controló el juego, máxime tras la expulsión de Motta, aunque antes ya había avisado con un disparo de Villa al larguero.
NUEVO ERROR DE PABLO
Todavía se le puso más de cara el partido al cuadro 'ché' cuando Silva aprovechó un nuevo error de Pablo en el despeje de un saque de esquina. El central envió el balón de nuevo al área y Silva empalmó de primeras para conseguir el primer tanto.
Resoplaba entonces el Atlético ante el futuro que le auguraba. Sin fuerzas, con uno menos y el marcador en contra. Decidió entonces refugiarse y esperar a que el temporal pasara para que dentro de una semana la historia sea bien diferente en el Calderón.
El Valencia apretó durante toda la segunda mitad, pese a que su mejor goleador, Zigic, seguía en el banquillo, pero le faltó precisión e incluso determinación para haber hecho más daño a los de Aguirre, que salvan el partido de ida y se encomiendan a su afición para darle la vuelta al marcador y acceder a las semifinales de la Copa del Rey.