Ernesto vive en Montediano, un pueblo que apenas tiene 13 personas viviendo de continuo. Pero cuando le preguntamos por el verano la cosa cambia...
Nos cuenta que en verano el pueblo se llena de vida ya que, ademas de venir gente mayor, también vienen muchos niños que cambian completamente el ambiente que tiene el pueblo.
Además, muchas son las personas las que se acercan al Rasillo a pasar el día en verano por lo que siempre ven un ambiente más contrastado en esta época. ''En invierno no hay gente, ni en Montemediano ni en El Rasillo''
Hemos podido conocer que se trata de un ''ganadero quitanieves'' pues, a parte de cuidar de su ganado, también se dedica a quitar la nieve de las carreteras que lo necesiten. ''Lo vivo bien, de hecho, no tengo tiempo para aburrirme''.
Ernesto prefiere la temporada de verano, pues es cuando más puede disfrutar de sus animales y del buen tiempo que necesita para llevar a cabo sus tareas en buenas condiciones. En invierno se complican más las cosas pues, además de su trabajo con los animales, tiene que ocuparse de los malos temporales.
''Pierdo la noción de tiempo'', nos dice. Las horas se le pasan rápido y a penas tiene tiempo para aburrirse pues ''estoy haciendo cosas todo el rato''. Sin embargo, le encanta su trabajo y lo disfruta, por lo que ''no puedo quejarme''.
También hemos tenido la suerte de poder hablar con su padre, Vicente García, el señor más mayor del pueblo. Con solo 7 años se mudó a Montemediano, dónde lleva ya la friolera de 82 años siendo vecino de esta pedanía.
Al llevar tanto años, ha visto como el pueblo se iba despoblando aunque resalta que esto no pasa solo aquí sino que también sucede en ''todos los otros pueblos'', ''no tiene futuro''.
Nos afirma que el ''ocio es difícil'' cuando a penas hay 13 personas. También hecha de menos poder ''jugar a las cartas echando un café'' ya que en Montemediano no hay ni bar ni supermercado. Para esto, deben recorrer 8 kilómetros llegando al siguiente pueblo más grande.