El patrón del 'Playa de Bakio', Amadeo Álvarez, trasladó el sábado por la noche a sus familiares que los secuestradores del atunero los tenían apuntados con metralletas, aunque les dejaban moverse y los trataban “bien dentro de lo que cabe”, según narró hoy su hija Rosa Álvarez.
En la noche de ayer pudo establecer contacto telefónico con su padre, Amadeo Álvarez, residente en Baiona (Pontevedra), y les confirmó el buen estado de salud de todos los marineros, quienes fueron sometidos a un reconocimiento médico realizado por un facultativo de la fragata Méndez Núñez, que actualmente escolta al pesquero rumbo a Seychelles, donde está previsto que desembarque la tripulación.
Asimismo, comentó a sus familiares que los secuestradores “les dejaban moverse, no les tenían amordazados y les daban de comer”. “Por eso interpreto que mi padre decía que les trataban bien”, puntualizó.
El patrón aseguró a sus parientes que tras la liberación ocurrida en la tarde de ayer “iba a intentar echarse a dormir”, aunque “no sabía si sería capaz” por la tensión acumulada a lo largo de estos días.
Esta situación de nervios también la padeció la familia y, de hecho, la hija señaló que aunque están “muy contentos” por el buen final del suceso, “todavía no lo han asimilado del todo”. Aún así, añadió que todos están “más relajados” y que por primera vez en la última semana pudieron dormir, al igual que el resto de familiares de los miembros de la tripulación.
LIBERADOS “A LA PUESTA DEL SOL”
Rosa Álvarez explicó que, en la comunicación mantenida ayer con su padre, que espera repetir a lo largo del día de hoy, éste no les explicó cómo se produjo la liberación ni se pagó un rescate, mientras que explicó que desde el Ejecutivo español se les informó de que la resolución del problema había sido “pacífica” y fruto de la “diplomacia”.
Por su parte, el contramaestre del 'Playa de Bakio', Ángel Fernández, también de Baiona, explicó a sus parientes que a lo largo de la jornada de ayer, “en todo momento la tripulación fue consciente de que iba a ser liberada”, puesto que “los piratas les dijeron que les comunicarían que quedaban libres a la puesta de sol, y así fue”, según afirmó su hijo, Daniel Fernández.
En cuanto al barco, “se llevaron lo de más valor”, especialmente aparatos electrónicos, e incluso cortaron la línea telefónica, por lo que “las comunicaciones están dañadas”. Aún así, los marineros han podido establecer comunicación con sus familias través de teléfonos inalámbricos.
“AFECTADOS PSICOLÓGICAMENTE”
A pesar de los familiares de los marineros secuestrados inciden en que los 26 tripulantes (8 gallegos, 5 vascos y 13 africanos) están “físicamente bien”, afirman que, debido al “duro” trance que supuso el secuestro “sí están algo afectados psicológicamente”, según destacó el hijo del contramaestre.
“En los primeros días el trato por parte de los piratas fue un poco peor”, mientras que “a medida que veían que la tripulación se portaba bien, les daban mayor libertad”, aseguró. Aún así, recalcó que “estaban permanente vigilados por hombres armados” y organizados.
En este sentido, las hijas del marinero baionés, aunque vecino de Priegue (Nigrán) Cándido Senra, afirmaron, tras haber mantenido dos conversaciones telefónicas con su padre, que lo ocurrido “también le ha afectado” en lo que respecta a sus ánimos y que, mientras duró el secuestro, “no quería contar nada para que la familia no estuviese preocupada”.
Por ello, confiaron en que “contará los detalles cuando llegue a casa”, momento que esperan con gran ilusión. Ambas, que son menores de edad, coincidieron en que la “angustia” vivida durante la última semana “ha cambiado a nerviosismo, por saber cuándo regresa a casa”.
VOLVER A FAENAR
La vuelta de la tripulación a sus hogares será, según los familiares de los secuestrados, un momento para “reflexionar” sobre lo ocurrido y para valorar si algunos de ellos, especialmente los que están en edad cercana a la jubilación, dejarán de salir a faenar.
“En principio, a mi padre, que tiene 55 años, le toca retirarse”, explicó la hija del patrón, quien manifestó que la familia quiere que abandone la actividad. “Ese es nuestro deseo”, agregó, consciente de que “será él quien decida”.
La misma concepción tiene la familia de Ángel Fernández, marinero a quien le faltan tres años para retirarse. “Cuando llegue tendrá que valorarlo, ver sus prioridades y decidir si sigue o no. Nosotros tendremos el máximo respeto por lo que elija”, explicó su hijo.
Finalmente, los familiares de estos tres tripulantes dedicaron palabras de agradecimiento por el apoyo recibido desde los gobiernos central y autonómico, sus respectivos ayuntamientos y vecinos e incluso la casa armadora, que les “informó puntualmente” de la evolución del secuestro.
A estos agradecimientos también se sumó la familia del jefe de máquinas, José Manuel Baz, residente en la localidad pontevedresa de A Guarda, quienes también manifestaron su gratitud a los medios de comunicación y el “respeto con el que han tratado el caso”.