Seguro que a más de uno le ha pasado que, al ir a echar mano en su cartera de una moneda de un euro, se da cuenta de que no es tal. De que, si bien, tiene prácticamente la misma apariencia, “se la han colado”.
Se trata de monedas procedentes de otros países que utilizan un diseño y una aleación similar a las de uno y dos euros pero que, desde luego, no valen lo mismo. Se trata en concreto de las monedas de dos dólares jamaicanos (un céntimo de euro), cinco pesos dominicanos (10 céntimos de euro), un bolívar (9 céntimos de euro) o un peso argentino (6 céntimos de euro).
La Policía ha alertado en las redes sociales de esta realidad creciente y recomienda estar siempre alerta al recibir cambios, porque es en ese momento en el que circulan estas monedas.