El tenista alicantino David Ferrer logró la clasificación para la final del Masters 1000 de Roma, tras imponerse en dos set (7-5, 6-3) a su compatriota Fernando Verdasco tras un intenso duelo, y espera rival de la semifinal que disputarán el también español Rafa Nadal y el Leton Ernests Gulbis. Verdasco desaprovechó un 5-1 a su favor en el primer parcial y se vio remontado por el alicantino, que volvió a dar muestras de su capacidad competitiva y consiguió levantar un parcial que se le había puesto cuesta arriba. El de Jávea se mostró insuperable desde el fondo de la pista y acabó desesperando a su rival, impotente y agotado ante su solidez.
No obstante, el madrileño comenzó dando muestras de su gran nivel de forma y marcó el ritmo del encuentro en los primeros instantes. Con un potente juego desde el fondo de la pista, Verdasco desesperó a Ferrer, que era incapaz de frenar las acometidas de su rival. En el tercer juego del choque, el madrileño logró romper por primera vez el saque de su oponente (3-1) y se marchó cómodamente en el marcador.
Verdasco mantenía su servicio con facilidad mientras su compatriota se precitaba. La ansiedad por ganar los puntos rápido mantenía a Ferrer fuera del partido mientras su oponente prácticamente no cometía errores. Sin embargo, cuando sacaba para ganar el madrileño comenzó a cometer errores y Ferrer poco a poco mejoró la profundidad de sus golpes.
A partir de ahí, el choque giró por completó y se declinó del lado del alicantino, que ganó seis juegos seguidos para llevarse la primera manga (7-5), ante un Verdasco que no supo cerrar el set y volvió a rescatar la fragilidad mental que parecía haber abandonado en los últimos torneos.
El segundo set se puso pronto cuesta arriba para el tenista de Boadilla del Monte, que cedió su primer servicio (2-0) y no pudo frenar los ataques de su rival, cada vez más cómodo sobre la pista. Verdasco resistió e incluso rompió el saque de su rival en el tercer juego, pero no fue capaz de mantener el suyo y desaprovechó una nueva oportunidad de meterse en el partido.
Además, el cansancio poco a poco hizo mella sobre el madrileño que demostró ser inferior físicamente a su rival y comenzó a desesperarse con errores no forzados. La resistencia de Ferrer desde el fondo de la pista fue demasiado para Verdasco, que terminó por desconectarse del encuentro para quedarse sin su tercera final consecutiva.