La misma fotografía, justo 100 años después: Ortigosa recrea la inauguración de su puente de hormigón

Fotografía de la inauguración del puente de Ortigosa que se recreará por su centenario

Rioja2

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El 29 de septiembre de 1924 , Alberto Muro inmortalizó el acto de inauguración del puente de Ortigosa de Cameros sobre el río Albercos. Era entonces un prodigio de ingeniería, un nuevo camino a cuarenta metros sobre el río. Los vecinos del pueblo, con su alcalde, pendones, estandartes y la Virgen del Carmen fueron los primeros que pisaron el puente, en aquel momento que quedó para la historia en esa fotografía.

Este domingo, 29 de septiembre a las 12.00 horas, exactamente cien años después de aquel momento, otro Alberto, el vecino de Ortigosa Alberto Tejero volverá a repetir la misma toma, procesión incluida. La fotografía se realizará además con el mismo formato analógico, 20x25cm, que empleó Muro, con una cámara de fuelle de gran formato, unas ópticas veteranas de alta calidad y película negativa de blanco y negro.

Esta imagen será el colofón al trabajo de fin de máster que Antonio ha cursado en la Casa de la Imagen, que colaborará en la ejecución de esta fotografía histórica. «Ortigosa 34 puentes», título de este trabajo, se podrá ver en forma de exposición en la sala de del ayuntamiento de Ortigosa desde el día 28 de septiembre.

La exposición parte de la metáfora del puente como unión desde tiempos inmemoriales. Una construcción de naturaleza complicada, costosa y siempre al borde del desastre, que se convierte en icono una vez salvado el curso que rasga la tierra. Sin puentes no habría comunicación con otros ni futuro para los pueblos, aislados en su propio ensimismamiento. 

Ortigosa de Cameros tiene la fuerza de voluntad de contar no con algún puente, sino con decenas de ellos desperdigados por el núcleo urbano y el término municipal. Pero este empeño va más allá de una orografía imperativa; es el resultado de la voluntad de un pueblo por vencer a la Naturaleza y a la vez demostrar su propio poderío. Ortigosa se formó con el carácter emprendedor de sus gentes, que se abrieron al mundo con la intrepidez de los pioneros. Primero, para unir sus dos barrios, que se miran desafiantes encima de sus respectivas peñas. Después, para que el ganado saliera a pastar a tierras lejanas. Y finalmente, para que las manufacturas, productos y personas llegaran a los confines del mundo. Así, para vivir siempre necesitaron puentes. Puentes de todo tipo, tamaño y condición, que es lo que documenta esta exposición.

El trabajo recuerda que entre los puentes de Ortigosa los hay abandonados, comidos por la naturaleza en los lugares más recónditos y apenas visibles; sumergidos bajo la superficie del pantano como los restos de un naufragio, sepultados bajo las calles del casco urbano y los icónicos, siempre a la vista, tan majestuosos como imprescindibles para unir la complicada trama urbana de la villa y comunicarse con el exterior, como el puente de Hierro, construido en 1910, y el puente de Hormigón, de 1924.

Esta serie de Antonio Tejero, planteado como el trabajo final del Máster de Fotografía de la Casa de la Imagen, ha llevado varios años de recopilación documental y de realización de las fotografías, buscando los lugares exactos de ubicación de las construcciones y esperando a que los factores ambientales (luz, vegetación, etc.) se aliaran para conseguir el mejor retrato posible de cada puente. 

El estilo de las fotografías rememora al de los grandes maestros que documentaron la transformación de Ortigosa, con el insigne fotógrafo Alberto Muro a la cabeza. Él empleó los mejores materiales disponibles a principios del siglo XX, con placas de gran formato 18x24 cm., para lograr la mayor resolución posible de las imágenes. Para sus fotografías, Tejero ha usado la cámara con mayor calidad en el mercado, la Phase One IQ4 de 150 píxeles, logrando un increíble nivel de detalle.

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