Si que haya pitos o no sobre Piqué -silbado y aplaudido a su llegada este jueves al hotel y durante la sesión de entrenamiento- es lo único que interesa del partido que jugará España frente a Luxemburgo en Las Gaunas, algo falla. Loable propuesta la de dirigir aplausos o pitos, pero la eduación y el respeto -aunque los medios puedan contribuir- va en cada uno de los 16.000 aficionados que abarrotarán un campo que sólo registra llenos cuando la selección nacional viene a la capital riojana (Paraguay, Liechtenstein). Porque aunque pocos hayan caído en la cuenta, el grupo que dirige Vicente del Bosque aún no ha certificado su presencia en la próxima Eurocopa que se disputa el verano de 2016 en Francia. Para lograr el objetivo, el conjunto que ejercerá de anfitrión este viernes (20.45) debe sumar los 3 puntos -el empate sería válido para asegurar la clasificación- y esperar una última jornada, este lunes, en la que las tablas en Kiev ante Ucrania sería suficientes para ser primero de grupo.
Que sí, que Luxemburgo no es rival para España y que, incluso sin pisar el acelerador, el combinado nacional debería concretar su trunfo, pero hay que hacerlo y en este del fútbol la lógica hay veces que no se impone. Máxime cuando está selección, encantadora de serpientes hace unos años, ya no brilla como antaño. La verticalidad y la profundidad del juego parecen olvidadas en un conjunto previsible, más controlador que ejecutor y con poco gol. De lo contrario no se entendería la retahíla de '9' que han pasado en los últimos tiempos. Diego Costa, Alcácer, Morata, Cesc... Que Silva -a un gran nivel en el Manchester City- sea el referente de España indica por dónde van los tiros. El canario, introvertido siempre en la selección, parece ganar enteros con su juego. Destacado casi siempre ante la imprevisibilidad de sus acciones y la falta de magia -sin Iniesta se pierde desparpajo-.
Cuestión que afecta a los diferentes arietes. Si en otras citas Del Bosque modificó su plan de juego para favorecer la integración de un delantero de las caracterísitcas de Diego Costa, el cual, por diferentes cuestiones, no acaba de cuajar en la selección, de nuevo el técnico salmantino ha tenido que variar sus intenciones para apoyarse en el colectivo. Pese a que el seleccionador tira, y mucho, de jerarquías las individualides han salvado los muebles a un equipo intermitente con el balón y al que le cuesta hacer gol, una rémora.
Lo positivo es que defensivamente no acostumbra a tener problemas gracias a los altísimos porcentajes de posesión. Porque no hay que engañarse esl bloque español sin pelota sufre, no tiene mecanismos de defensa. Apuesta por la presión alta para robar y así volver a controlar el esférico. Es de intuir que ante Luxemburgo, es penúltimo del grupo con 4 puntos, todas estas dudas anteriormente presentadas no aparezcan -sería la mejor señal-. Además, el once que tiene previsto presentar en Las Gaunas es de garantías pese a las asuencias por lesión.
Casillas será titular -ante Ucrania De Gea le releveará en la portería-. Juanfran y Jordi Alba serán los lalterales, mientras que Piqué -cada uno es libre de actuar como quiera- y Bartra serán los centrales. Con Busquets dando el equilibrio y con Pedro más fijo en la banda derecha, Isco, Silva -probablemente comience escorado en la izquierda para ir hacia dentro- y Cazorla (o Mata) serán los encagados de generar juego, de combinar, de variar (dentro y fuera) y de inventar jugadas para que Morata (o Alcácer) puedan rematar.
Ver en Las Gaunas ritmo y velocidad, profundidad y ocasiones parece que es lo normal, pero seguro que Luxemburgo incomoda, sobre todo, hasta que el entre el primer gol, si llega. Después es de esperar continuidad en las acciones. Más allá del ámbito deportivo, el campo municipal vivirá otro lleno y será una fiesta para el aficionado local, no acostumbrado a choques de esta envergadura.
Clasificación grupo C
España 21 puntos
Eslovaquía 19 puntos
Ucrania 16 puntos
Bielorrusia 7 puntos
Luxemburgo 4 puntos
Macedonia 1 punto