El último domingo de Adviento, que se celebra el 23 de diciembre, todas las parroquias e instituciones diocesanas de la Comunidad celebrarán una colecta a beneficio de Cáritas La Rioja. Este acto solidario va más allá de su finalidad de recoger fondos para sostener sus actividades. Sobre todo, trata de lanzar un llamamiento a la conciencia de los cristianos y de toda la comunidad, sobre lo que son y lo que quieren ser, sobre su actitud ante la vida y ante los demás.
En este sentido, la colecta se enmarca en la campaña de Navidad de Cáritas Española que este año lleva por lema “Sé parte de nuestro compromiso”. Siguiendo la línea de sensibilización lanzada el año pasado con el mensaje “Sé parte”, en esta ocasión la entidad quiere reforzar esta llamada a la solidaridad para que el máximo número de personas se sumen al compromiso de mejorar la vida de los más vulnerables y luchar contra la desigualdad y la pobreza.
Además, con esta iniciativa Cáritas desea fidelizar el apoyo de cientos de miles de colaboradores que regalan su tiempo, 800 de ellos en La Rioja, o contribuyen económicamente, como miles de donantes. Su generosidad permite desarrollar cada día programas de acción social para millones de personas empobrecidas. Así lo reflejan las cifras recogidas en la memoria anual de actividades: más de tres millones de personas han sido acompañadas dentro y fuera de España por las 70 Cáritas Diocesanas de nuestro país gracias al sostenimiento de los 353 millones de euros invertidos en un amplio repertorio de programas sociales y proyectos de cooperación. De ellos, en La Rioja se llegó a más de 8.000 beneficiarios.
NaVIDAd
El sentido cristiano de la celebración de la Navidad nos abre la mirada de Dios hecha hombre y niño en cada rostro herido. Ante todos esos prójimos excluidos, la campaña de Cáritas nos invita a dejarse tocar por la realidad para movilizar la capacidad de acogida y compasión que habita en cada uno de nosotros, impulsándonos a salir al encuentro de quien necesita ser escuchado y acompañado, y a hacernos red y comunión con todas las personas que creen y luchan por la paz, la justicia y el bien común.
La celebración del nacimiento del Salvador en un establo de Belén “porque no había sitio en la posada” corre pareja a una realidad que sigue repitiéndose hoy en tantas familias descartadas, sin sitio entre nosotros, empujadas al exilio o a los márgenes de la sociedad.
Es un momento del año en el que se renueva la oportunidad de encontrar la novedad de Dios en nosotros y en los demás, y de recrear la vida (NaVIDAd) y las relaciones. Es tiempo de encuentro y de abrir fronteras, las físicas y personales, las de nuestro pensamiento, para rebajar prejuicios y miedos a la hora de conocer y reconocer al otro, de amar y extender los brazos, y dejar que el corazón se haga de nuevo carne, sensible al desvalimiento del ser humano. Es tiempo para ser parte del compromiso contra la pobreza que Cáritas pone en juego allí donde las condiciones de precariedad son más intensas.