El Haro Rioja Voley batió al Universidad de Burgos por 2-3 en partido de la penúltima jornada de la Superliga femenina. Ha sido un partido de contrastes en el que la balanza pudo caer de cualquiera de los dos lados, pero finalmente fue Haro el que se llevó el gato al agua. El conjunto jarrero se ha convertido en la particular bestia negra de un UBU que ha sido incapaz de doblegarle en competición oficial.
El punto conseguido le permite al UBU mantener por la mínima la segunda plaza después de que Menorca se impusiera a Cantur por 3-0. Si el cuadro búrgales consigue dos puntos en su enfrenamiento con el conjunto de Las Palmas en la ultima jornada liguera (tiene que ganar 0-3 o 1-3) aseguraría el subcampeonato independientemente de lo que hagan las menorquinas.
El choque no comenzó demasiado bien para las de casa y es que su rival se mostraba un escalón por encima. El cuadro riojano era superior en la red y más contundente en sus ataques lo que le permitió llevar la delantera en el marcador durante el primer tercio de set. El conjunto jarrero buscaba en cada saque a Pepo Garrido, que acusaba su inactividad y sufría en cada servicio. Los dos contendientes llegaron al final del set en un pañuelo, aunque un parcial de 3-0 con el 22-23 en el marcador le dio el primer punto a las castellanas.
La balanza del segundo set se desnivelo muy pronto y Haro pronto abrió brecha en el marcador. Las riojanas eran netamente superiores en la red y exhibían una mayor contundencia en todos sus ataques, mientras que la recepción seguía siendo uno de los males burgaleses. No obstante, el conjunto local no bajó los brazos y mantuvo la fe, aunque la distancia era demasiada y los esfuerzos burgaleses sólo permitieron maquillar el marcador y lo que era más importante, recuperar las sensaciones positivas.
El Ubu se olvidó de lo ocurrido en el segundo acto y comenzó el tercero con ánimos renovados. La escuadra que dirige José Miguel Pérez lo comenzó a pasar mal cuando el set llegaba a sus puntos definitivos. Un parcial de 0-6 puso el marcador en 18-20. La manga se complicaba sobremanera y es que Haro llegaba lanzado. En el cara o cruz que se convirtió el final del parcial la moneda cayo del lado de Haro, que de esta forma encarrilaba el partido.
La cuarta manga comenzó para los intereses burgaleses aún mejor que la tercera y es que las de casa lograron un 5-0 que les permitía afrontar el set con un plus de confianza. El set no se le podía escapar a las de casa (17-6), más viendo el bajón que había pegado su oponente. Las diferencias eran ya insalvables y con un Haro perdido en todos los aspectos del juego (sobre todo en la recepción) se llegó a la muerte súbita con un UBU que había apalizado su rival en la ultima manga.
Solo faltaba comprobar si como se había desarrollado el cuarto set podría tener efectos en el tie break. Pero Haro pasó página y pareció olvidar los errores que le habían condenado en el cuarto set. Con el 4-9 el choque parecía perdido y es que el Haro estaba mucho más metido en el partido y lo peor es que había sacado al UBU. José Miguel Pérez pidió dos tiempos muertos para tratar de arreglar el desaguisado, pero todo el pescado estaba vendido y los puntos viajaron hacia tierras riojanas.