El juez Juan Javier Pérez, que instruye la investigación del accidente del avión de Spanair, tomará hoy declaración, a partir de las 10.00 horas, a varios de los supervivientes del siniestro ocurrido el pasado 20 de agosto en el aeropuerto de Barajas que se cobró la vida de 154 personas.
Tres meses después del fatídico accidente, el magistrado mantiene imputados a dos técnicos de Spanair, entre ellos el jefe de mantenimiento de la compañía en Barajas, como responsables de 154 homicidios imprudentes y 18 lesiones imprudentes. Hace unas semanas, el magistrado exoneró de responsabilidad penal a Julio N.B., a quien se acusaba de los mismos delitos.
El magistrado toma esta decisión después de escuchar el testimonio de los imputados en la investigación y concluir que no había indicios suficientes para sostener la acusación de Julio N.B., en sintonía con la posición de la Fiscalía de Madrid. El Ministerio Público se opone también a la imputación de los otros dos mecánicos, al tachar de “prematura” las actuaciones del magistrado en este sentido.
Durante su declaración, los dos técnicos Felipe G.R. y Julio N.B., que revisaron la avería en la sonda de temperatura (RAT), reconocieron ante el instructor que no consultaron el manual de mantenimiento de Boeing, pero sí el listado de equipamiento mínimos (MEL), que se revisa en reparaciones a pie de pista. No obstante, los técnicos no estaban obligados a consultar el manual de Boeing.
FUSIBLE DEL RAT
Felipe G.R. fue el técnico que extrajo el fusible de la sonda de temperatura después de que el comandante abortase el primer despegue debido a un problema de calentamiento excesivo en este sensor. Tras revisar el fallo, Julio N.B. propuso despachar el avión tras consultar al comandante Antonio García Luna, quien decidió que el avión debía de despegar.
En su declaración, Felipe G.R. explicó además que subió a la cabina para hablar con el comandante y que consultó el MEL a fin de seguir las indicaciones para aislar la avería, puesto que este manual da un plazo máximo de diez días para arreglar el fallo.
Tras consultar a su supervisor, se limitó a extraer el fusible porque la sonda tenía una temperatura muy elevada y ello podría ser peligroso durante el vuelo. Acto seguido, consultó a Antonio García Luna si el avión se despachaba, lo que éste consideró adecuado.