El movimiento chií libanés Hezbolá ha asegurado que uno de sus comandantes militares, Imad Moughniyah, murió como consecuencia de la explosión de una bomba en un barrio residencial de Damasco y acusó a Israel de estar detrás de este atentado. “No vamos a hacer ningún comentario sobre este asunto”, declaró Mark Regev, portavoz de la oficina del primer ministro israelí, Ehud Olmert.
“Con orgullo declaramos que un gran 'yihadista' de la resistencia islámica en Líbano se ha unido a los mártires”, se lee en un comunicado leído por la cadena de televisión de Hezbolá. “El hermano comandante 'hajj' (peregrino a la Meca) Imad Mughinyah se ha convertido en un mártir a manos de los sionistas israelíes”, añadió.
Mughniyah dirigió las operaciones del brazo militar de Hezbolá, en el que desempeñó funciones propias de un jefe de Estado Mayor. Desde hacía años era objetivo de Estados Unidos y de Israel por su implicación en numerosos atentados con bomba y secuestros que causaron cientos de muertos.
Mughniyah, su 'número dos', Talal Hamiya, y el líder político de Hezbolá, el jeque Hassan Nasralá, formaban parte de la lista de terroristas más buscados del mundo. La Policía Federal estadounidense (FBI) había ofrecido una recompensa de 25 millones de dólares por su captura.
Concretamente se le buscaba por dos atentados perpetrados en Buenos Aires entre 1992 y 1994 contra la Embajada israelí y contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), así como por los secuestros de occidentales en Líbano a lo largo de los años noventa. También había sido acusado del secuestro en 1985 de un avión comercial de TWA y de la muerte de un soldado de la Armada estadounidense.
Mughniyah vivía completamente apartado de la vista pública, entre Líbano, Irán y Siria. En los años noventa los servicios secretos israelíes del Mossad intentaron asesinarlo en el sur de Beirut, pero finalmente causaron la muerte de su hermano. El Mossad intentó aprovechar su presencia en el funeral para asesinarle, pero no fue posible.