La semana pasada, el reactor de Arak, parte del programa nuclear iraní, fue visitado por inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), quienes procederán a emitir un informe en poco días.
A la espera del mismo, el Gobierno iraní ha afirmado que continuará cooperando con la Agencia y ha insistido una vez más en que su programa nuclear se atiene a los mandatos de este organismo.
A pesar de las afirmaciones de Irán, Occidente teme aún que el programa nuclear que este país está desarrollando, sea utilizado para fabricar bombas atómicas.
A la pregunta de si ha habido un cambio en las relaciones entre Irán y la AIEA después de la visita de los inspectores, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Hassan Qashqavi, declaró a los medios de comunicación que “todas” las actividades nucleares iraníes “han estado en el marco de la agencia y del TNP (Tratado de No Proliferación)” y que el director general de la AIEA, Mohamed ElBaradei, “siempre ha confirmado la cooperación de Irán con la agencia”. “Esta tendencia continuará en el futuro”, añadió.
Por este motivo, el portavoz consideró que Occidente debe revisar el enfoque que ha adoptado con respecto a Irán e “intentar recurrir a la interacción en lugar de a sanciones”, aunque también advirtió de que medidas punitivas no interrumpirán las actividades nucleares de su país.