La selección argentina ofreció una imagen gris en Saitama y sumó una inesperada derrota ante una laboriosa selección de Japón, que cortó las vías de respiro a una 'albiceleste' que apenas contó con algún destello de brillantez por parte de Lionel Messi.
En el tercer partido como interino de Sergio Batista, Argentina no pareció la misma que arrolló a España hace un mes en el Monumental y apenas tuvo momentos de lucidez salvo la primera media hora de partido en la que, además, encajó el gol.
El 'Checho' apostó por un once inicial ofensivo con D'Alessandro, Messi, Tévez y Diego Milito, quien tuvo que abandonar el partido a la media hora por lesión, dejando su puesto a Gonzalo Higuaín.
Desde los primeros minutos la 'Pulga' enlazó buenas jugadas con el de Quilmes y merodearon el área de los de Zaccheroni, pero sin puntería, antes de que llegara el tanto nipón. Romero no pudo atajar un disparo desde la frontal, y el rechace le llegó a Okasaki, que remató a gol ante la pasividad de la zaga rival en el 19.
A partir del tanto, Argentina volvió a llevar las riendas, pero con poca inspiración, y sin noticias de creatividad ni de inquietud para los japoneses, que se dedicaron a contemporizar e incluso gozaron de ocasiones para ampliar el triunfo.
En la reanudación, se esperaba más de la 'albiceleste', aunque la primera noticia fue el cambio de Cambiasso, que, lesionado, dejó su puesto a Bolatti. El 'jet-lag', la falta de ambición, o la pasividad fueron acosándoles hasta que el partido fue agonizando por sí solo.
Además, y para continuar con la mala tónica, también Bolatti tuvo que retirarse con molestias, dejando su puesto a Ángel di María, que no pudo lucirse mucho en los diez minutos que estuvo el césped, sobre el que Argentina no fue una sombra de sí misma.