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Jesús Hernández: “Se debe cambiar el viejo modelo sindical que ha quedado obsoleto y dar paso a sindicatos profesionales como CSIF”

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Convenios obsoletos, salarios bajos, pérdida de poder adquisitivo, precariedad laboral, siniestralidad… Estos son varios de los problemas que soportan los trabajadores de la empresa privada riojana desde hace años, a juicio de Jesús Hernández, presidente de CSIF La Rioja.

Unos problemas que vienen lastrados por “las viejas fórmulas que rigen las relaciones laborales en la comunidad” y a “unas organizaciones sindicales que buscan contentar a los particos políticos”. Por eso desde CSIF La Rioja apuestan por “cambiar el viejo modelo sindical y dar paso a sindicatos profesionales que defiendan los derechos de los trabajadores”.

Con el cambio de Gobierno producido en La Rioja en 2019, ¿ha variado la situación de la empresa privada y de sus trabajadores en la comunidad?

Desde su toma de posesión, el Gobierno presidido por la señora Andreu dio a los sindicatos de clase, UGT y CCOO, una notable representación para, en teoría, recuperar la economía riojana. Se han estado utilizando viejas fórmulas caducas y obsoletas que no dieron ningún resultado en el pasado y, como el tiempo es el único que da y quita la razón, el tiempo se ha encargado de demostrar lo que ya se preveía.

En La Rioja hay un gran número de empresas que agrupan a más de 3000 trabajadores regidas por convenios que llevan más de diez años sin actualizar. Comercio general, textil, metal y el agropecuario son los más destacados. Los salarios de muchos de los trabajadores acogidos a estos convenios se han actualizado gracias a lo que ha subido el salario mínimo, pero, simplemente viendo lo que se ha encarecido la vida en estos últimos diez años, podemos hacernos una idea de la gran pérdida de poder adquisitivo que estos trabajadores llevan sufriendo.

Los salarios en La Rioja siguen por debajo de la media nacional e, incluso, van a la baja. Recientemente se ha publicado en los medios de comunicación que nuestra región es la comunidad autónoma con los salarios más bajos en todas las franjas profesionales en España. Le hemos quitado este puesto tan denigrante a Extremadura. Estos datos tienen que dar mucho que pensar a nuestros gobernantes regionales y a los sindicatos de clase.

Es evidente que la responsabilidad otorgada por el Gobierno de La Rioja durante estos cuatro años a los sindicatos de clase, no ha servido para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de nuestra región.

Esta pérdida de poder adquisitivo se traduce en precariedad laboral para los trabajadores, pero ¿tiene mayor incidencia en algún sector industrial?

Ya he dicho que hay convenios que llevan más de diez años sin actualizar, pero en algún ámbito tan significativo para La Rioja como el de las conservas vegetales, además de la pérdida de poder adquisitivo que sufren los trabajadores hay que añadir los daños en su salud por la reiteración de ciertos movimientos y se ven forzados a acudir a los tribunales para que sea reconocido como enfermedad profesional a pesar de estar reconocida como tal. Esto provoca que un gran número de trabajadores del sector se vea obligado a coger bajas laborales e, incluso, abocado a una jubilación anticipada.

Esta precariedad laboral no solo afecta a los salarios, sino que, y lo que es más preocupante, pone en riesgo la salud de los trabajadores.

Salarios bajos y precariedad. ¿De qué más adolece la empresa privada?

Otro de los grandes problemas de la empresa privada riojana es el aumento de la siniestralidad laboral que, desgraciadamente, sigue en aumento. En lo que va de 2023, llevamos tres fatales accidentes mortales. Son cifras insoportables y a las que este Gobierno se muestra incapaz de poner soluciones.

En los últimos meses hemos visto como el Ejecutivo se vanagloriaba de que empresas como Lispar se quedasen en La Rioja y no se desplazasen a las comunidades vecinas; pero lo que el Gobierno no publicita es que eso se consigue a costa de los trabajadores. Son ellos los que han visto reducido su salario y los que, en gran medida, han tenido que asumir ese coste.

En nuestra región tenemos un mal endémico y es que las administraciones no vigilan los pliegos de condiciones de las contratas. Esto afecta a las condiciones laborales de los trabajadores, que se ven reducidas a los mínimos cumplimientos legales, y al exiguo mantenimiento de las instalaciones. Y, al final, implica que el servicio que se le da a la ciudadanía sea precario.

Recientemente se ha firmado un acuerdo entre sindicatos y patronal para una subida salarial de un 10% en los tres próximos años a los trabajadores de la empresa privada, ¿qué opina CSIF sobre este acuerdo?

Es un paso adelante, pero también es cierto que no va a servir para recuperar el poder adquisitivo perdido durante estos años. No debemos olvidar que no dejan de ser recomendaciones y que veremos qué efecto real tiene en los salarios de los trabajadores. Dicha subida se deberá negociar en cada convenio y, como hemos dicho, hay convenios que llevan más de diez años sin negociarse.

¿Qué solución ofrece CSIF para paliar estos problemas de la empresa privada?

Es evidente que las viejas fórmulas siguen sin funcionar: se necesita un nuevo modelo de relaciones laborales, una modificación de la Ley Orgánica de Libertad Sindical, que está totalmente obsoleta y caduca, y dar cabida a organizaciones sindicales a las que los trabajadores están dando una mayor representación. Los ciudadanos están cansados de sindicatos que miran más por contentar a los partidos políticos a los que están ideológicamente vinculados, que por defender los derechos de los trabajadores.

Promovemos incentivar la actualización de los convenios y no permitir que permanezcan tanto tiempo sin negociación. Hay que añadir cláusulas de actualización salarial en dichos convenios.

A nivel del Gobierno de La Rioja, ¿qué camino deberían tomar sus políticas en materia laboral?

Se debe hacer un esfuerzo por atraer compañías que aporten valor añadido, que mejoren salarios y condiciones laborales para equipararnos con las comunidades vecinas, que limiten la fuga de empresas, que asienten trabajadores en nuestra comunidad y eviten los miles de desplazamientos diarios de muchos riojanos.

Se deben aumentar las inspecciones, los tiempos de descanso y ser rigurosos en el cumplimiento de todas las medidas de protección para reducir la siniestralidad laboral.

Esto implica, por tanto, un gran cambio en las relaciones laborales.

Se debe cambiar el viejo modelo sindical que, como vemos, se ha quedado obsoleto. Hay que dar paso a sindicatos profesionales como CSIF que, desde su independencia y profesionalidad, su objetivo es el bienestar del trabajador y la mejora continua de sus condiciones laborales. Sin ningún tipo de atadura o interés político.