Una joven bodega familiar de Rioja se convierte en la primera empresa de la comunidad certificada por su compromiso

En España hay poco más de 300 empresas certificadas y en La Rioja, hasta ahora, no había ninguna. La certificación B Corp distingue a las empresas comprometidas con el impacto positivo en las personas, el medio ambiente y la comunidad. Es una de las certificaciones más exigentes del mundo en sostenibilidad corporativa, a la que se accede tras un riguroso proceso de evaluación en diferentes áreas como gobernanza, impacto ambiental, condiciones laborales, compromiso social y enfoque hacia los clientes.
En una tierra donde el vino es identidad, cultura y economía, no sorprende que la primera empresa riojana en obtener el prestigioso sello B Corp sea una bodega. Lo que sí es más llamativo es la dimensión de dicha bodega. Y es que este sello empieza a aparecer en los productos de grandes marcas, por lo que cabría pensar que la primera en conseguirlo podría ser alguna de las grandes bodegas riojanas.
Sin embargo, el giro es revelador. Quien se ha unido de forma pionera a la comunidad internacional de empresas que trabajan por ser las mejores para el mundo es una joven bodega familiar ubicada en Villalba de Rioja. Su nombre: Alonso & Pedrajo Viticultores. La empresa se incorpora al movimiento B Corp con una visión clara: demostrar que, desde lo pequeño, desde lo rural, se puede liderar un cambio profundo en la forma de producir, trabajar y vivir el vino.
A partir de ahora se une al selecto grupo de bodegas españolas e internacionales que cuentan con esta certificación: Alma Carraovejas, Bodegas Baigorri, Domaines Barons de Rothschild (Lafite) de Burdeos o la británico-portuguesa Symington Family Estates
Un propósito claro
Lanzada en 2013 por las familias Alonso Castillo y Pedrajo Cárdenas, esta iniciativa comenzó con la recuperación de pequeños viñedos en los Montes Obarenes, en la finca La Cala. Desde entonces, ha desarrollado un modelo con una visión transformadora: ser una unidad productiva viable, arraigada al territorio y orientada a la sostenibilidad ambiental, social y tecnológica.
El proyecto se basa en un principio clave: mínima intervención en el viñedo y en la bodega. Además, apuesta por la fijación de población en el entorno rural y la economía circular. Todo ello combinando conocimiento y tradición, con un punto de atrevimiento.
Las prácticas implantadas, que incorporan criterios de agricultura regenerativa, el cuidado del suelo, la gestión eficiente del agua y el respeto por la biodiversidad; son reflejo de una apuesta por producir sin agotar. El compromiso va más allá de lo ambiental con iniciativas culturales, colaboración activa con la comunidad local y cuidado de su gente.
El impacto de lo pequeño
Lo importante es el impacto, no el tamaño. El cambio hacia una economía con propósito también puede empezar entre viñas. Una sana ambición multiplica el tamaño y se traduce en impacto.
Con esta certificación, La Rioja entra en el mapa B Corp internacional, junto a más de 9400 empresas de 105 países que persiguen redefinir el sentido del éxito empresarial. Y lo hace gracias a una pequeña bodega que ha demostrado que es posible tener impacto desde lo cercano, desde lo coherente y desde lo auténtico.
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