La Rioja mantiene una baja exposición a la contaminación atmosférica tanto en zonas urbanas como rurales, de acuerdo con los datos que arroja la red de vigilancia de la calidad del aire de la Comunidad Autónoma durante 2018. Y es que de forma progresiva se observa “una reducción general del conjunto de emisiones”, ha destacado este jueves el director general de Calidad Ambiental y Agua, José María Infante.
Entre las principales causas de la consolidación de un buen nivel de calidad del aire en La Rioja, Infante ha apuntado “al descenso de las emisiones de óxidos de nitrógeno, y de los compuestos orgánicos volátiles y partículas que se generan especialmente el transporte y en los procesos industriales”. Por otro lado, las emisiones del sector residencial y comercial, procedentes de las calderas de calefacción presentan un descenso muy leve; “mientras que las emisiones de partículas cuyas principales fuentes es la agricultura también se han mantenido en los mismos niveles”.
Infante ha recordado que el Gobierno de La Rioja lleva midiendo y analizando la calidad del aire desde hace 17 años. La red de medición de datos evalúa a la comunidad estableciendo la zona urbana, con la referencia de la estación de Logroño (La Cigüeña) que es representativa de las áreas contiguas a la capital riojana y Lardero; y la rural, con la estimación de los valores medios que recogen las estaciones de Alfaro, Arrúbal, Galilea y Pradejón.
En las estaciones se miden los siguientes contaminantes: dióxido de azufre (SO2),M monóxido de nitrógeno (NO), dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO), Ozono, material de partículas (PM10 y PM2,5 ) Benceno, Tolueno y Xileno. El plomo y los metales pesados se evalúan a partir de los datos de la red de biomonitorización de metales pesados y mediante modelizaciones del Ministerio.
“El análisis en toda la serie de la que se tiene registro de concentraciones contaminantes indica que la calidad del aire ha sido excelente, con más de un 98% de los datos válidos, por debajo de los valores límite u objetivos, y en lo que se refiere a la protección de la salud se consolida como buena”, ha indicado José María Infante. Por otro lado, respecto al valor de protección de los ecosistemas también nos encontramos en una zona dentro del cumplimiento de los objetivos para calidad del aire.
Además, la red se completa con un mallado de 25 puntos de muestreo con bioindicadores de metales pesados e hidrocarburos aromáticos policíclicos. También se puso en marcha el año pasado un estudio, en colaboración con la UR y Fundación ‘la Caixa’, para analizar con bioindicadores de musgo y aligustre la aglomeración urbana de Logroño.